Página 162 - Ser Semejante a Jes

Basic HTML Version

Las buenas obras continúan durante el sábado, 27 de mayo
Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle,
porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi
Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
Juan 5:16, 17
.
En Jerusalén, donde el Salvador estaba ahora, vivían muchos de los sabios
rabinos. Aquí enseñaban sus falsas ideas al pueblo respecto al sábado. Grandes
muchedumbres venían a adorar al templo, y así las enseñanzas de los rabinos eran
difundidas ampliamente. Cristo deseaba corregir esos errores. Esta es la razón
por la cual sanó al hombre en día sábado, y le pidió que llevara su cama. Él sabía
que este acto atraería la atención de los rabinos, y le daría a él la oportunidad
de instruirlos. Y así resultó. Los fariseos trajeron a Cristo ante el Sanedrín, el
principal concilio de los judíos, para responder al cargo de quebrantar el sábado.
El Salvador declaró que su acción estaba de acuerdo con la ley del sábado.
Estaba en armonía con la voluntad y la obra de Dios. “Mi Padre hasta ahora
trabaja, y yo trabajo”, dijo Jesús.
Dios obra continuamente para sostener todas las cosas vivas. ¿Había de cesar
su obra en el sábado? ¿Debía Dios impedir que el sol cumpliese su función en el
sábado? ¿Impediría que sus rayos calentaran la tierra y nutrieran la vegetación?
¿Debían los arroyos y las olas del mar detener su constante movimiento?
¿Debían el trigo y el maíz detener su continuo crecimiento, y los árboles y las
flores dejar de florecer en sábado?
La gente entonces perdería los frutos de la tierra, y las bendiciones que sos-
tienen la vida. La naturaleza debía continuar su obra, o los mortales morirían. Y
también ellos tenían una obra que hacer en este día. Las necesidades de la vida
debían ser atendidas, los enfermos debían ser cuidados, las necesidades de los
menesterosos debían ser suplidas. Dios no desea que sus criaturas sufran una hora
de dolor que pueda ser aliviado en sábado o en cualquier otro día.
La obra del cielo nunca cesa, y nunca debemos descansar de hacer el bien. Lo
que la ley nos prohíbe hacer en el día de descanso del Señor es nuestra propia obra.
El trabajo para ganarnos la vida debe cesar. Ninguna labor para lograr provecho
o placer mundano es lícita en este día. Pero el sábado no ha de ser usado en
una actividad inútil. Así como Dios cesó en su obra creadora, y descansó en el
sábado, también nosotros hemos de descansar. Nos pide que pongamos a un lado
nuestras ocupaciones cotidianas, y dediquemos esas horas sagradas a un descanso
saludable, al culto y a acciones santas.—
Vida de Jesús, 103-105
.
[155]
158