Página 163 - Ser Semejante a Jes

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Una visión del mandamiento del sábado, 28 de mayo
Mas el día séptimo es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu
hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún
animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que
descanse tu siervo y tu sierva como tú.
Deuteronomio 5:14
.
Junto al arca estaba Jesús, y cuando las oraciones de los santos llegaban a él,
humeaba el incienso del incensario, y Jesús ofrecía a su Padre aquellas oraciones
con el humo del incienso.
Dentro del arca estaba el vaso de oro con el maná, la vara florecida de Aarón y
las tablas de piedra, que se plegaban como las hojas de un libro. Jesús las abrió
y vi en ellas los Diez Mandamientos escritos por el dedo de Dios. En una tabla
había cuatro, y en la otra seis. Los cuatro de la primera brillaban más que los otros
seis. Pero el cuarto, el mandamiento del sábado, brillaba más que todos, porque el
sábado fue puesto aparte para que se lo guardase en honor del santo nombre de
Dios. El santo sábado resplandecía, rodeado de un nimbo de gloria...
También vi que si Dios hubiese cambiado el día de reposo del séptimo al
primer día, asimismo hubiera cambiado el texto del mandamiento del sábado,
escrito en las tablas de piedra que están en el arca del Lugar Santísimo del Templo
celestial, y diría así: El primer día es el día de reposo de Jehová tu Dios. Pero vi
que decía lo mismo que cuando el dedo de Dios lo escribió en las tablas de piedra
antes de entregarlas a Moisés en el Sinaí: “Mas el séptimo día es reposo para
Jehová tu Dios”.
Éxodo 20:10
. Vi que el santo sábado es, y será, el muro separador
entre el verdadero Israel de Dios y los incrédulos, así como la institución más
adecuada para unir los corazones de los queridos y esperanzados santos de Dios.
Vi que Dios tenía hijos que no echan de ver ni guardan el sábado. No han
rechazado la luz referente a él. Y cuando empezó el tiempo de angustia, fuimos
llenos del Espíritu Santo al salir a proclamar más plenamente el sábado.—
Notas
Biográficas de Elena G. de White, 110, 111
.
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