Página 168 - Ser Semejante a Jes

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Ser semejantes a Jesús, no semejantes al mundo, 1 de junio
No tendrás en tu bolsa pesa y pesa, una grande y otra pequeña. No tendrás
en tu casa medida y medida, una grande y otra pequeña.
Deuteronomio
25:13, 14 (BJ)
.
Los que profesan amar y temer a Dios deberían abrigar simpatía y amor los
unos para con los otros, y deberían cuidar los intereses de los demás como si fueran
suyos. Los cristianos no deben regular su conducta según las normas establecidas
del mundo. En todas las épocas los hijos de Dios son tan distintos de los mundanos
como su profesión es más elevada que la de los impíos. Desde el comienzo hasta
el fin del tiempo, el pueblo de Dios es un cuerpo.
El amor al dinero es la raíz de todos los males. En esta generación el deseo por
conseguir ganancias es una pasión absorbente. Si no se puede conseguir riqueza
por medio de un trabajo honesto, los seres humanos tratan de obtenerla por medio
del fraude. Se despoja a las viudas y a los huérfanos de su salario ínfimo, y se
hace sufrir a los pobres con respecto a las necesidades primordiales de la vida.
Y todo esto para que los ricos puedan sufragar su extravagancia, o satisfacer su
deseo de acumular más riquezas.
El temible registro de los delitos cometidos diariamente por motivo de la
obtención de ganancias, es suficiente para congelar la sangre y llenar el alma con
horror. El hecho de que aun entre quienes profesan piedad existen los mismos
pecados en mayor o menor grado, exige una humillación profunda del alma y
una acción seria por parte de los seguidores de Cristo. El amor a la ostentación y
el amor al dinero han hecho de este mundo una cueva de ladrones y asaltantes.
Pero los cristianos no son supuestamente moradores de la tierra; están en un
país extraño, deteniéndose, por decirlo así, sólo por una noche. No deben ser
impulsados por los mismos motivos y deseos que son impulsados los que tienen su
hogar y su tesoro aquí. Dios desea que nuestra vida represente la vida de nuestro
gran Modelo; que al igual que Jesús, vivamos para hacer el bien a los demás...
Todo perjuicio ocasionado a los hijos de Dios se hace contra Cristo mismo en
la persona de sus santos. Toda tentativa de aprovecharse de la ignorancia, debilidad
o desgracia de los demás, queda registrado como fraude en el libro mayor del
cielo.—
The Southern Watchman, 10 de mayo de 1904
. Ver
La Historia de Profetas
y Reyes, 481, 482
.
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