Página 17 - Ser Semejante a Jes

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Nuestras oraciones serán contestadas, 8 de enero
Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, y alzarás a Dios tu rostro.
Orarás a él, y él te oirá; y tú pagarás tus votos.
Job 22:26, 27
.
En la oración por sus discípulos, Cristo dijo: “Y por ellos yo me santifico a mí
mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad”.
Juan 17:19
. En su
oración Cristo incluye a todos los que escucharían las palabras de vida y salvación
por medio de los mensajeros a los que envía...
¿Podemos comprender por la fe el hecho de que somos amados por el Padre
así como su Hijo es amado? Si pudiéramos asirnos de esto y obrar de acuerdo
con esto, tendríamos la gracia de Cristo, el aceite dorado del cielo derramado en
nuestra pobre alma, sedienta y agostada. Nuestra luz ya no sería por más tiempo
vacilante y parpadeante, sino que brillaría en medio de las tinieblas morales que
como una mortaja funeral están envolviendo al mundo. Por la fe deberíamos
escuchar la intercesión prevaleciente que Cristo presenta continuamente en favor
de nosotros, mientras dice: “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde
yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado;
porque me has amado desde antes de la fundación del mundo”.
Juan 17:24
...
Nuestro Redentor nos alienta a que presentemos súplicas continuamente. Nos
hace las promesas más resueltas, para que no supliquemos en vano. Dice: “Pedid,
y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.
Lucas 11:9
.
Después presenta el cuadro de un niño que le pide pan a su padre, y muestra
cuánto más está dispuesto el Señor a concedernos nuestras peticiones de lo que
los padres están a conceder la petición de sus hijos...
Nuestro precioso Salvador es nuestro hoy. En él se centran nuestras esperanzas
de vida eterna. Él es el único que presenta nuestras peticiones ante el Padre y nos
comunica la bendición que habíamos pedido.—
The Signs of the Times, 18 de
junio de 1896
.
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