Página 18 - Ser Semejante a Jes

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¡No sólo orar, sino también pedir y trabajar! 9 de enero
Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al
rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a
Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.
Nehemías
2:4, 5
.
Mientras Nehemías imploraba la ayuda de Dios, no se cruzó de brazos, pen-
sando que no tenía más responsabilidad en el cumplimiento de su propósito de
restaurar Jerusalén. Con admirable prudencia y previsión, procedió a tomar todas
las providencias necesarias para asegurar el éxito de la empresa...
El ejemplo de este santo hombre debiera ser una lección para todos los hijos de
Dios, con el fin de que no sólo oren con fe, sino que también trabajen con diligencia
y fidelidad. ¡Cuántas dificultades encontramos, cuán a menudo impedimos que la
Providencia obre en favor de nosotros, debido a que se considera que la prudencia,
la previsión y el esmero tienen poco que ver con la religión! Es esta una gran
equivocación. Es deber nuestro cultivar y ejercitar toda facultad que nos haría
obreros más eficientes para Dios. Hoy en día, la consideración cuidadosa y los
planes bien pensados son tan esenciales para el éxito de las empresas sagradas
como en el tiempo de Nehemías...
Los hombres de oración deben ser hombres de acción. Los que están listos a
trabajar y dispuestos a hacerlo, hallarán las formas y los medios. Nehemías no
dependió de la incertidumbre. Los medios de los cuales carecía los solicitó de
quienes podían otorgarlos.
El Señor conmueve aún el corazón de reyes y gobernantes en favor de su
pueblo. Los que trabajan para él han de valerse de la ayuda que él induce a los
hombres y a las mujeres a dar para el avance de su causa. Los agentes de los cuales
provienen estas dádivas pueden abrir caminos por los cuales la luz de la verdad
pueda ser dada a muchos países entenebrecidos. Estas personas pueden no tener
simpatía hacia la obra de Dios, ni fe en Cristo, ni conocimiento de su Palabra;
pero sus dones no han de ser rechazados por ese motivo.
El Señor ha colocado sus bienes en manos de los no creyentes así como en las
de los cristianos; todos pueden devolverle lo que le pertenece para la realización
de la obra que debe ser hecha en favor de un mundo caído. Mientras estemos en
este mundo, mientras el Espíritu de Dios contienda con el corazón humano, hemos
de recibir y hacer favores.—
The Southern Watchman, 15 de marzo de 1904
. Ver
Servicio Cristiano Eficaz, 296, 297, 214, 209
.
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