La palabra de Dios aprueba el juramento judicial, 15 de junio
No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo
falso.
Éxodo 23:1
.
Vi que el Señor tiene algo que hacer todavía con las leyes de la tierra. Mientras
Jesús está en el Santuario, los gobernantes y el pueblo sienten la restricción del
Espíritu de Dios. Pero Satanás domina en extenso grado las masas del mundo, y si
no fuera por las leyes de la tierra, experimentaríamos mucho sufrimiento. Se me
mostró que cuando es realmente necesario y se llama a los hijos de Dios a testificar
en forma legal, ellos no violan la Palabra de Dios al invocarle solemnemente como
testigo de que dicen la verdad, y sólo la verdad.
Los seres humanos son tan corruptos, que las leyes están destinadas a obligarlos
a asumir sus responsabilidades. Algunos hombres y algunas mujeres no temen
mentir a sus semejantes; pero se les ha enseñado que es cosa terrible mentir a Dios,
y el Espíritu de Dios que los refrena se lo ha inculcado. Se nos dio como ejemplo
el caso de Ananías y Safira, su esposa. El asunto es llevado de los humanos a Dios,
de manera que si alguien da falso testimonio, no lo da ante los mortales, sino ante
el gran Dios que lee el corazón y conoce la verdad exacta de cada caso. Nuestras
leyes hacen del falso juramento un delito muy grave. Dios imponía a menudo un
castigo al que juraba en falso, y a veces, mientras el juramento estaba aún en sus
labios, el ángel destructor lo derribó. Esto había de aterrorizar a los malhechores.
Vi que si hay en la tierra alguien que pueda testificar bajo juramento en forma
consecuente, ese tal es el creyente. Él vive a la luz del rostro de Dios. Se fortifica
en su fortaleza. Y cuando la ley debe decidir asuntos de importancia, no hay quien
pueda apelar con tanto acierto a Dios como el creyente...
Jesús se sometió al juramento en la hora de su juicio. El sumo sacerdote le
dijo: “Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo
de Dios”. Jesús le contestó: “Tú lo has dicho”.
Mateo 26:63, 64
. Si Jesús, en
sus enseñanzas a los discípulos, se hubiese referido al juramento judicial, habría
reprendido al sumo sacerdote, y puesto en práctica sus enseñanzas para beneficio
de sus discípulos que estaban presentes.
A Satanás le ha agradado que algunos hayan considerado el juramento en
forma errónea; porque le ha dado oportunidad de oprimirlos y quitarles el dinero
de su Señor. Los mayordomos de Dios deben ser más prudentes, trazar sus planes y
prepararse para resistir los designios de Satanás; porque él hará mayores esfuerzos
que nunca antes.—
Joyas de los Testimonios 1:74, 75
.
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