Página 204 - Ser Semejante a Jes

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Dios no está contento con el desorden de mal gusto, 5 de julio
Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo y santifícalos hoy y mañana; y laven
sus vestidos... Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios.
Éxodo 19:10, 17
.
Algunos piensan que para efectuar esa separación del mundo que la Palabra
de Dios requiere, deben descuidar su manera de vestir. Hay una clase de hermanas
que piensa que está practicando el principio de no conformidad con el mundo...
al vestirse el día sábado con el mismo traje que llevan durante la semana, para
estar en la asamblea de los santos y participar en el culto a Dios. Y algunos
de los hombres que profesan ser cristianos contemplan bajo la misma luz la
cuestión de la vestimenta. Se reúnen con el pueblo de Dios en el sábado con
su ropa sucia y manchada, y hasta con roturas en ella, y la llevan con desaliño.
Esta clase de personas, si tuvieran que encontrarse con amigos honrados por el
mundo y si quisieran ser especialmente favorecidas por ellos, se esforzarían por
presentarse con la mejor ropa que pudieran conseguir, porque esos amigos se
sentirían ofendidos si aparecieran... despeinadas, con la ropa sucia y en desorden.
Sin embargo, estas personas piensan que no importa en qué forma se vistan ni
cuál sea la condición de su persona cuando se reúnen el sábado para adorar al gran
Dios. Se congregan en su casa, que es como la cámara de audiencias del Altísimo,
donde los ángeles celestiales ministran, con poquísimo respeto o reverencia, según
lo indica su persona y vestimenta. Toda su apariencia revela el carácter de estos
hombres y de estas mujeres.
El tema favorito de esta clase de personas es el orgullo tal como se manifiesta
en la vestimenta. Consideran como orgullo la decencia, el gusto y el orden. La
conversación, las obras y los negocios de estas almas engañadas guardan una
estrecha relación con la ropa que llevan. Son descuidadas, y a veces tienen una
conversación rastreara en sus hogares, entre sus hermanos y ante el mundo. La
ropa de una persona y la forma como se la lleva generalmente se consideran
como un exponente de su personalidad. Los que son descuidados y desaliñados
en su manera de vestir, difícilmente tienen una conversación elevada, y poseen
sentimientos muy poco refinados. Algunas veces consideran como humildad la
rudeza y la vulgaridad...
Nuestro Dios es un Dios de orden y no le agrada la distracción, la suciedad ni
el pecado.—
Mensajes Selectos 2:540, 541
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