Página 260 - Ser Semejante a Jes

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Debe trabajarse el terreno barbecho del corazón humano, 29
de agosto
Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia;
haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová,
hasta que venga y os enseñe justicia.
Oseas 10:12
.
Deseo exhortar a los que están en posiciones de responsabilidad que despierten
a su deber, y que no pongan en peligro la causa de la verdad presente ocupando a
hombres y a mujeres que son incompetentes para hacer la obra de Dios. Queremos
a los que están dispuestos a entrar en nuevos campos y a trabajar enérgicamente
para el Señor.
Recuerdo haber visitado el Estado de lowa cuando se estaba colonizando el
campo, y vi a los agricultores cultivar el campo. Observé que tenían equipos
fuertes y que hacían tremendos esfuerzos para hacer surcos profundos, y los
trabajadores obtenían fuerza y músculo por medio del ejercicio de sus poderes
físicos. El trabajo duro fortalecerá a nuestros jóvenes para que entren en campos
nuevos y preparen el terreno barbecho del corazón. Esta tarea los llevará más cerca
de Dios. Les ayudará a ver que por sí mismos son totalmente incompetentes.
Deben ser completamente del Señor. Deben abandonar su amor propio y su
presunción, y vestirse del Señor Jesucristo. Cuando hagan esto, estarán dispuestos
a salir fuera del campamento y llevar las cargas como buenos soldados de la cruz.
Obtendrán eficiencia y aptitud al dominar las dificultades y vencer los obstáculos.
Se necesitan obreros para posiciones de responsabilidad, pero deben ser quienes
han dado una prueba completa de su ministerio en su disposición a llevar el yugo
de Cristo. El cielo considera con beneplácito esta clase de obreros.
Les amonesto para que tengan el colirio, para que puedan discernir lo que
Dios quiere que hagan. Se predican muchos sermones sin Cristo. Un conjunto de
palabras sin poder sólo confirma a la gente en sus recaídas. Que Dios nos ayude
con el fin de que su Espíritu pueda manifestarse entre nosotros. No debemos
esperar hasta que vayamos a nuestros hogares para obtener las bendiciones del
cielo. Los ministros deberían estar aquí con la gente para buscar a Dios, y trabajar
desde el punto de vista correcto. Quienes han estado por bastante tiempo en la
obra, han estado demasiado complacidos esperando que los aguaceros de la lluvia
tardía los reavivaran.
Somos el pueblo que, al igual que Juan, debemos preparar el camino del Señor;
y si estamos preparados para la segunda venida de Cristo, debemos trabajar con
toda diligencia para preparar a otros para el segundo advenimiento de Cristo, como
lo hizo el precursor de Cristo para su primera venida, llamando a hombres y a
mujeres al arrepentimiento...—
The Review and Herald, 8 de octubre de 1889
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