Página 363 - Ser Semejante a Jes

Basic HTML Version

Los pecadores convertidos viven una vida nueva, 4 de
diciembre
Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras
inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo,
y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el
corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Ezequiel 36:25, 26
.
Muchos que hablan a otros de la necesidad de un nuevo corazón, no saben
ellos mismos lo que significan estas palabras. En esta frase, “un nuevo corazón”,
tropiezan especialmente los jóvenes. No saben lo que significa. Esperan que se
efectúe un cambio especial en sus sentimientos. A esto llaman conversión. Miles
han tropezado, para su ruina, en este error, no comprendiendo la expresión: “Os es
necesario nacer de nuevo”.
Juan 3:7
. Satanás induce a las personas a pensar que,
porque han experimentado un arrobamiento de los sentimientos, están convertidas.
Pero su vida no cambia. Sus actos siguen siendo los mismos que antes. Su vida no
demuestra buen fruto. Oran frecuente y largamente, y se refieren constantemente a
los sentimientos que experimentaron en tal o cual ocasión. Pero no viven la nueva
vida. Están engañadas. Su experiencia no va más allá de los sentimientos. Edifican
sobre la arena, y cuando soplan vientos adversos, su casa se derrumba.
Muchas pobres almas andan a tientas en las tinieblas, en busca de los sen-
timientos que otros dicen haber experimentado. Pasan por alto el hecho de que
el creyente en Cristo debe obrar su propia salvación con temor y temblor. El
pecador convicto tiene algo que hacer. Debe arrepentirse y manifestar verdadera
fe. Cuando Cristo habla del nuevo corazón, se refiere a la mente, a la vida, al
ser entero. Experimentar un cambio de corazón es apartar los afectos del mundo
y fijarlos en Cristo. Tener un nuevo corazón es tener una mente nueva, nuevos
propósitos, nuevos motivos. ¿Cuál es la señal de un corazón nuevo? Una vida
transformada. Se produce día tras día, hora tras hora, una muerte al orgullo y al
egoísmo.
Algunos incurren en un gran error al suponer que una elevada profesión
sustituye al verdadero servicio. Pero una religión que no es práctica, no es genuina.
La verdadera conversión nos hace estrictamente honrados en nuestro trato con
nuestros semejantes. Nos hace fieles en nuestro trabajo diario. Todo sincero
seguidor de Cristo mostrará que la religión de la Biblia lo habilita para usar sus
talentos en el servicio del Maestro... Son los principios nobles de acuerdo con los
cuales se hace el trabajo, los que lo tornan totalmente acepto a la vista del Señor.
El verdadero servicio liga al más humilde de los siervos del Señor en la tierra, con
el más encumbrado de sus siervos en las cortes celestiales.—
Mensajes para los
Jóvenes, 69, 70
.
[346]
359