Página 374 - Ser Semejante a Jes

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Adelantar el reino por llevar pecadores al arrepentimiento, 15
de diciembre
Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová;
pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi
palabra.
Isaías 66:2
.
Dios ha mostrado en su Palabra la única manera como se puede hacer esta tarea.
Como quienes tenemos que dar cuenta, debemos realizar una obra fervorosa y fiel
para trabajar en favor de las almas. “¡Arrepentíos, arrepentíos!” fue el mensaje
que proclamó Juan en el desierto...
El mensaje de Cristo a la gente fue: “Si no os arrepentís, todos pereceréis
igualmente”.
Lucas 13:3
. Y a los apóstoles se les ordenó que predicaran por todas
partes que los pecadores debían arrepentirse. El Señor quiere que sus siervos
prediquen hoy las antiguas doctrinas del evangelio: el dolor por el pecado, el arre-
pentimiento y la confesión. Necesitamos sermones de estilo antiguo, costumbres
de estilo antiguo, padres y madres en Israel como los de antes, que posean la
ternura de Cristo.
Hay que trabajar con el pecador en forma perseverante, ferviente, sabia, hasta
que se dé cuenta de que es transgresor de la ley de Dios y manifieste arrepenti-
miento hacia el Altísimo y fe hacia nuestro Señor Jesucristo. Cuando el pecador
sea consciente de su condición desesperada, y sienta su necesidad del Salvador,
acudirá con fe y esperanza al “Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.
Juan 1:29
. Cristo aceptará al alma que acude a él verdaderamente arrepentida. No
rechazará el corazón quebrantado.
Ya resuena el grito de guerra por todas partes. Avance hacia el frente cada
soldado de la cruz, no con suficiencia propia, sino con mansedumbre y humildad
de corazón. Su obra, mi obra, no terminará con esta vida. Podremos descansar por
un poco de tiempo en la sepultura; pero cuando venga el llamado, emprenderemos
nuestra obra en el reino de Dios para promover la gloria de Cristo. Esta santa
obra debe comenzar sobre la tierra. No debemos analizar nuestro propio placer o
conveniencia. Nuestra pregunta debe ser: “¿Qué puedo hacer para llevar a otros
a Cristo? ¿Cómo puedo hacerles conocer el amor de Dios que sobrepasa todo
conocimiento?”—
The Signs of the Times, 27 de diciembre de 1899
. Ver
Cada Día
con Dios, 370
.
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370