Página 40 - Ser Semejante a Jes

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La oración ayuda a guiar a la verdad, 31 de enero
El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios,
o si yo hablo por mi propia cuenta.
Juan 7:17
.
Antes de salir para su encuentro final con los poderes de las tinieblas, levantó
sus ojos al cielo y oró por sus discípulos...
La preocupación en el pedido de Jesús era que los que creyeran en él fuesen
guardados del mal del mundo y santificados por medio de la verdad. No nos
abandona para que conjeturemos acerca de qué es la verdad, pues añade: “Tu
Palabra es verdad”. La Palabra de Dios es el medio por el cual se logra nuestra
santificación.
Entonces, es de la mayor importancia que nos familiaricemos con las sagradas
instrucciones de la Biblia. Es tan necesario para nosotros que comprendamos las
palabras de vida como lo era para los discípulos estar informados con respecto al
plan de salvación. Estaremos sin excusa si, por causa de nuestra propia negligencia,
ignoramos las demandas de la Palabra de Dios. Dios nos ha dado su Palabra, la
revelación de su voluntad, y ha prometido el Espíritu Santo a todos los que lo
pidieren, para guiarlos a toda verdad, y cada alma que sinceramente desee hacer
la voluntad de Dios conocerá la doctrina...—
Reflejemos a Jesús, 93
.
Desde el tiempo en que el Hijo de Dios tuvo que soportar los prejuicios
arrogantes de los incrédulos, no se ha producido ningún cambio en las actitudes
del mundo con respecto a la religión de Jesús. Los siervos de Cristo tendrán
que afrontar el mismo espíritu de oposición y reproche, y marchar “fuera del
campamento, llevando su vituperio”.
Hebreos 13:13
.
Su enseñanza [la de Jesús] era clara, sencilla y abarcante. Las verdades prácti-
cas que enunció tenían poder de convicción y llamaban la atención de la gente. Las
multitudes permanecían junto a él, maravillándose por su sabiduría. Sus modales
estaban en armonía con las grandes verdades que proclamaba. No pedía disculpas,
no vacilaba ni había la menor sombra de duda o incertidumbre de que fueran dife-
rentes de lo que él declaraba. Hablaba de lo terrenal y lo celestial, de lo humano y
lo divino, con autoridad absoluta; y la gente se admiraba “de su doctrina, porque
su palabra era con autoridad”.
Lucas 4:32
...
Es un asunto de la mayor importancia e interés para nosotros el que compren-
damos qué es la verdad, por lo que debiéramos elevar nuestras peticiones con
intenso fervor para que seamos guiados a toda verdad.—
The Review and Herald,
7 de febrero de 1888
.
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