Página 84 - Ser Semejante a Jes

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Un tiempo para el trabajo vigilante, 13 de marzo
Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño;
porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando
creímos.
Romanos 13:11
.
Hay otra clase de personas que sufre pérdida porque es indolente, y gasta sus
energías complaciéndose a sí misma al usar su lengua y permitir que sus músculos
se herrumbren con la inacción. Desaprovechan sus oportunidades por causa de
la inacción, y no glorifican a Dios. Podrían hacer mucho si pusieran su tiempo y
su fuerza física en uso, adquiriendo medios con los cuales colocar a sus hijos en
posiciones favorables para adquirir conocimiento; pero prefieren dejarlos crecer
en la ignorancia antes que ejercitar sus propias habilidades, dadas por Dios, para
hacer algo por medio de lo cual sus hijos pudieran ser bendecidos con una buena
educación. Tales hombres y mujeres están siendo pesados en las balanzas del
Santuario celestial y son hallados faltos.
Hay algo para que cada uno haga en este mundo nuestro. El Señor viene,
y nuestra espera no debe ser un tiempo de ociosa expectativa, sino de trabajo
vigilante. No debemos usar nuestro tiempo completamente en meditación piadosa,
ni tampoco debemos movernos y apresurarnos como si fuera requerido esto con
el fin de que ganemos el cielo, mientras descuidamos dedicar tiempo al cultivo
de la piedad personal. Debe haber una combinación de meditación y de trabajo
diligente; como Dios lo expresó en su Palabra, debemos ser, “en lo que requiere
diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”.
Romanos
12:11
. Las actividades seculares no deben dejar fuera el servicio del Señor. El
alma necesita las riquezas de la gracia de Dios, y el cuerpo necesita ejercicio
físico, para cumplir la obra que debe ser hecha para la proclamación del evangelio
de Cristo.
Los que cultivan un espíritu de ociosidad pecan contra Dios cada día; porque
no usan el poder que Dios les ha dado con el cual ser una bendición para sí mismos
y una bendición para sus familias. Los padres deberían enseñar a sus hijos que
el Señor quiere que sean trabajadores diligentes, no trabajadores ociosos en su
viña. Deben hacer un uso diligente del tiempo, si van a ser agentes útiles en el
trabajo, desempeñando su parte en la viña del Señor. Deben ser fieles mayordomos,
mejorando cada don de energía que les fue confiado y que les ha sido otorgado.—
The Home Missionary Magazine, octubre de 1894
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