Página 31 - La Segunda Venida y el Cielo (2003)

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La segunda venida de Cristo
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inmortal. Todas las imperfecciones y deformidades quedan en la
tumba. Reintegrados en su derechoal árbol de la vida, en el desde
tanto tiempo perdido Edén, los redimidos crecerán hasta alcanzar la
estatura perfecta de la raza humana en su gloria primitiva. Las últi-
mas señales de la maldición del pecado serán quitadas, y los fieles
discípulos de Cristo aparecerán en “la hermosura de Jehová nues-
tro Dios”, reflejando en espíritu, cuerpo y alma la imagen perfecta
de su Señor. ¡Oh maravillosa redención, tan descrita y tan espera-
da, contemplada con anticipación febril, pero jamás enteramente
comprendida!—
Spiritual Gifts 4:463, 464
.
El primer pensamiento de los resucitados
—En el momento en
que sean despertados de su profundo sueño, [los justos] reanudarán
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el curso de sus pensamientos interrumpidos por la muerte. La última
sensación fue la angustia de la muerte. El último pensamiento era
el de que caían bajo el poder del sepulcro. Cuando se levanten de
la tumba, su primer alegre pensamiento se expresará en el hermoso
grito de triunfo: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde está,
oh sepulcro, tu victoria?”—
El Conflicto de los Siglos, 606
.
La muerte, un asunto poco importante
—Para el creyente,
Cristo es la resurrección y la vida. En nuestro Salvador, la vida
que se había perdido por el pecado es restaurada; porque él tiene
vida en sí mismo para vivificar a quienes él quiera. Está investido
con el derecho de dar la inmortalidad. La vida que él depuso en
la humanidad, la vuelve a tomar y la da a la humanidad. “Yo he
venido—dijo—para que tengan vida, y para que la tengan en abun-
dancia”. “El que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no
tendrá sed: mas el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua
que salte para vida eterna”. “El que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero”.
Para el creyente, la muerte es asunto trivial. Cristo habla de ella
como si fuera de poca importancia. “El que guardare mi palabra,
no verá muerte para siempre”, “no gustará muerte para siempre”.
Para el cristiano, la muerte es tan sólo un sueño, un momento de
silencio y tinieblas. La vida está oculta con Cristo en Dios y “cuando
Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria”.
La voz que clamó desde la cruz: “Consumado es”, fue oída entre
los muertos. Atravesó las paredes de los sepulcros y ordenó a los