Página 80 - La Segunda Venida y el Cielo (2003)

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Capítulo 12—Algunos que no estarán allí
Caín
—Aunque Caín merecía la sentencia de muerte por sus
crímenes, el misericordioso Creador le perdonó la vida y le dio
oportunidad para arrepentirse. Pero Caín vivió sólo para endurecer
su corazón, para alentar la rebelión contra la divina autoridad, y para
convertirse en jefe de un linaje de osados y réprobos pecadores. Este
apóstata, dirigido por Satanás, llegó a ser un tentador para otros; y
su ejemplo e influencia hicieron sentir su fuerza desmoralizadora,
hasta que la tierra llegó a estar tan corrompida y llena de violencia
que fue necesario destruirla.—
Historia de los Patriarcas y Profetas,
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.
La esposa de Lot
—Si Lot mismo no hubiese vacilado en obede-
cer a la advertencia del ángel, y si hubiese huído con prontitud hacia
las montañas, sin una palabra de súplica ni de protesta, su esposa
también habría podido escapar. La influencia del ejemplo de él la
habría salvado del pecado que selló su condenación. Pero la vacila-
ción y la tardanza de él la indujeron a ella a considerar livianamente
la amonestación divina. Mientras su cuerpo estaba en la llanura,
su corazón se asía de Sodoma, y con Sodoma pereció. Se rebeló
contra Dios porque sus juicios arrastraban a sus hijos y sus bienes
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a la ruina. Aunque fue muy favorecida al ser llamada a que saliera
de la ciudad impía, creyó que se la trataban duramente, porque tenía
que dejar para ser destruidas las riquezas que habían acumulado
con el trabajo de muchos años. En vez de aceptar la salvación con
gratitud, miró hacia atrás presuntuosamente deseando la vida de los
que habían despreciado la advertencia divina. Su pecado mostró
que no era digna de la vida, por cuya conservación sentía tan poca
gratitud.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 158, 159
.
El rey Saúl
—Saúl sabía que con ese último acto—el de consul-
tar a la pitonisa de Endor—cortaba el último tenue vínculo que lo
unía a Dios. Sabía que si antes no se había separado voluntariamen-
te de Dios, ese acto sellaba definitivamente esa separación. Había
hecho un pacto con la muerte y un convenio con el infierno. La copa
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