Mil años en el cielo
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Dios se había derramado sobre los habitantes de la tierra mediante
las siete postreras plagas, que les habían hecho morderse la lengua
de dolor y maldecir a Dios. Los falsos pastores habían sido el objeto
especial de la ira de Jehová. Aun estando en pie se habían consumido
sus ojos en sus órbitas y su lengua en su boca. Después de ser
librados los santos por la voz de Dios, los impíos se volvieron unos
contra otros. La tierra parecía inundada de sangre y cubierta de
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cadáveres desde uno a otro confín.—
Primeros Escritos, 289
.
El juicio de los impíos
—Durante los mil años que transcurrirán
entre la primera resurrección y la segunda, se verificará el juicio de
los impíos. El apóstol Pablo señala este juicio como un aconteci-
miento que sigue al segundo advenimiento. “No juzguéis nada antes
de tiempo, hasta que venga el Señor; el cual sacará a luz las obras
encubiertas de las tinieblas, y pondrá de manifiesto los propósitos
de los corazones”.
1 Corintios 4:5 (VM)
. Daniel declara que cuando
vino el Anciano de días, “se dio el juicio a los santos del Altísimo”.
Daniel 7:22
. En ese entonces reinarán los justos como reyes y sa-
cerdotes de Dios. San Juan dice en el Apocalipsis: “Vi tronos, y se
sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio”. “Serán sacerdotes de
Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”.
Apocalipsis 20:4, 6
.
Entonces será cuando, como está predicho por San Pablo “los santos
han de juzgar al mundo”.
1 Corintios 6:2
. Junto con Cristo juzgan
a los impíos, comparando sus actos con el libro de la ley, la Biblia,
y fallando cada caso en conformidad con los actos que cometieron
por medio de su cuerpo. Entonces lo que los malos tienen que sufrir
es medido según sus obras, y queda anotado frente a sus nombres en
el libro de la muerte.—
El Conflicto de los Siglos, 718, 719
.
El castigo de Satanás corresponderá a su culpa
—También
Satanás y sus ángeles fueron juzgados por Jesús y los santos. El
castigo de Satanás había de ser mucho más terrible que el de aquellos
a quienes engañó. Su sufrimiento había de ser incomparablemente
mayor. Después de perecer todos los que fueron engañados por él,
Satanás iba a continuar viviendo para sufrir mucho más tiempo.—
Primeros Escritos, 290, 291
.
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Satanás desterrado
—Ahora se realiza el acontecimiento predi-
cho por el último solemne servicio del día de las expiaciones. Una
vez terminado el servicio que se cumplía en el lugar santísimo, y
cuando los pecados de Israel habían sido quitados del santuario por