Capítulo 14—Excesos en el matrimonio
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El celibato no es recomendable en el matrimonio
—Querido
hermano: Quisiera presentarle algunos asuntos relacionados con los
peligros que actualmente amenazan a la obra. La labor de Anna
Phillips no tiene la aprobación del cielo
Sé de qué hablo. En los
comienzos de nuestra causa tuvimos que hacer frente a manifestacio-
nes semejantes. Se nos presentaron muchas revelaciones de ese tipo,
y tuvimos la más desagradable tarea de hacerles frente y no darles
lugar. Algunas afirmaciones de tales revelaciones se cumplieron, y
esto llevó a algunos a aceptarlas como genuinas.
Mujeres solteras jóvenes sentían que tenían un mensaje para dar
a los hombres casados, y de una manera no muy delicada y con fran-
queza, les hablaron de los abusos de los privilegios matrimoniales.
La carga del mensaje dado era la pureza, y por un tiempo parecía que
se había logrado un elevado estado de pureza y santidad. Pero me
fue presentada la verdadera naturaleza del asunto. Me fue mostrado
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cuál sería el resultado de tal enseñanza.
Quienes se unieron en esta tarea no eran personas superficiales,
no pertenecían a la clase inmoral, sino que habían sido los obreros
más devotos. Satanás vio una oportunidad para sacar ventaja de la
situación y ocasionar desgracia a la causa de Dios. Algunos que
pensaban que eran capaces de soportar cualquier tipo de prueba
sin provocar sus propensiones carnales, fueron vencidos, y varios
hombres y mujeres solteros se sintieron compelidos a contraer ma-
trimonio. Me siento preocupada por quienes llevan una gran carga
al trabajar en esa dirección. Satanás obra sobre la imaginación, de
manera que el resultado es la impureza en vez de la pureza.—
Carta
103, 1894
.
En un “testimonio” escrito el 10 de agosto de 1892, Anna Rice Phillips afirmó: “Ha
llegado el tiempo del cual habló Pablo cuando dijo: ‘Pero esto digo, hermanos; que el
tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposas sean como si no las tuviesen...’
Hermano, Satanás lo hará sentir que Ud. no tiene que renunciar a lo que es suyo por
derecho pero, ¿puede ser así cuando Dios se ha pronunciado sobre el asunto?”—Archivo
de Documentos del Patrimonio White, N
o
363.
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