Prefacio
V I I
muchas de las cartas escritas por Elena de White el siglo pasado, con-
tienen amonestaciones y apelaciones que deberían ser escuchadas
en nuestros días. Acerca del uso de sus cartas, declaró lo siguiente:
“Me he empeñado, con la ayuda de Dios, en escribir cartas que
puedan ser de ayuda no sólo a quienes las he dirigido, sino también
a muchos otros que las necesitan”.—
Carta 79, 1905
.
La presente compilación no tiene por objeto ser un manual de
reglas para tratar con la inmoralidad, la infidelidad, el divorcio y el
nuevo casamiento sin fundamento bíblico. Ningún manual conse-
guiría tratar todas las irregularidades morales que puedan suceder.
Cuando a W. C. White se le pidió una declaración autorizada de
su madre que pudiera servir como una norma sobre la cual basarse
para tomar decisiones en los casos de matrimonios formados sin
fundamento bíblico, su respuesta fue la siguiente:
“Luego de haber leído los documentos que le estoy enviando,
Ud. podrá decir que no le he proporcionado nada autorizado de
Elena de White que pueda ser una respuesta directa sobre el asunto.
Pero pienso que Ud. podrá notar, por lo que le estoy enviando, que
no fue la intención de la hermana White que procediera de su
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pluma cosa alguna que pudiera ser utilizada como ley o norma para
tratar los asuntos relacionados con el matrimonio, el divorcio, el
nuevo casamiento o el adulterio. Ella sentía que los casos en los
que el diablo enreda a la gente son tan variados y serios que, si ella
escribiera algo que pudiera ser considerado como regla para tomar
decisiones, podría ser mal interpretado y mal usado”.—
Carta
de W.
C. White a C. P. Bollman, 6 de enero de 1931.
Estamos plenamente de acuerdo con el punto de vista de Elena
de White. Los problemas morales son, por lo general, muy com-
plejos. No se presentan dos situaciones iguales. Cada una de ellas
requerirá un estudio cuidadoso y, aunque las diferencias entre un
caso y otro sean mínimas, cada situación requerirá una solución
particular. El Espíritu debería ser siempre requerido por quienes
tengan que resolver problemas morales.
Todos los nombres que aparecen en este libro son reales, pero
en los casos que se presentan en la séptima sección, los apellidos
han sido sustituidos por letras del alfabeto. Además, los títulos y
subtítulos de los capítulos han sido reemplazados.