Página 118 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
Lo llevamos aparte y le dijimos que lo sentíamos, pero estábamos
obligados a rehusar su pedido. Le conté mi sueño, que él reconoció
como verdadero. Había practicado la masturbación desde su moce-
dad y había continuado practicándola durante su vida matrimonial,
pero dijo que trataría de apartarse de ella. Este hombre tenía un
hábito inveterado que vencer. Ya estaba en la edad madura de su
vida. Sus principios morales estaban tan débiles que cuando entraron
en conflicto con esa complacencia inveterada, fueron vencidos...
He aquí un hombre que se degradaba diariamente y, sin embargo,
se atrevía a ir ante la presencia de Dios y pedir que le aumentara la
fuerza que él había malgastado vilmente y que, si se le concedía, la
usaría en su concupiscencia. ¡Qué tolerancia tiene Dios! Si él tratara
a los hombres de acuerdo con sus caminos corruptos, ¿quién podría
vivir ante su vista? ¿Qué habría sucedido si hubiéramos sido menos
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precavidos y hubiéramos presentado el caso de este hombre delante
de Dios mientras practicaba la iniquidad? ¿Nos habría oído el Señor?
¿Habría contestado? “Porque tú no eres un Dios que se complace en
la maldad; el malo no habitará junto a ti. Los insensatos no estarán
delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad”... Este
no es un caso solitario. La relación matrimonial no fue suficiente
para preservar a este hombre de los hábitos corruptos de su juventud.
¡Ojalá pudiera yo ser convencida de que son raros los casos como el
que he presentado, pero sé que son frecuentes!—
Testimonies for the
Church 2:349-351
;
Conducción del Niño, 423, 424
.
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