Página 136 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
fiesa sus pecados, él es fiel y justo para perdonarle sus pecados y
purificarla de toda iniquidad. No debe ocultar o excusar sus pecados,
sino ponerse de pie, confesarlos con presteza y lograr la salvación
de su alma buscando el perdón de sus pecados.
Mala influencia de los familiares
—¡Oh, es cosa terrible sen-
tirse perdido! Su manera de conducirse ha sido triste y dolorosa.
El tiempo es corto. ¿Irá ahora a Jesús? ¿Se sentará a los pies de
Jesús para aprender de él? Todavía hay esperanza para Ud., pero
ha tenido consejeros desdichados, y si Ud. ama a Jesús, odiará los
malos cursos de acción, y aun la conversación y el compañerismo
de algunos de sus familiares que se han entregado de cuerpo, alma y
espíritu para llevar a cabo las obras del diablo. El es quien controla
su imaginación y sus intenciones para ejecutar perversidades.
Quiera el Señor provocar las más profundas convicciones en
su alma, pues yo no quisiera nunca dar publicidad a lo que me ha
sido mostrado; y espero que se conduzca de tal manera que se torne
innecesario que lo haga.—
Carta 24a, 1890
.
Segunda carta a Ira K
—Acabo de recibir una respuesta suya a
mi carta, y no puedo entregarme al descanso esta noche sin escribirle
otra vez y decirle: “Arrepiéntase de sus pecados sin demora”. Su
proceder me fue dado a conocer: la administración en los negocios,
los desembolsos descuidados de dinero, sus asociaciones con los
viles y corruptos; y no obstante, Dios está deseoso de perdonarlo,
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aun a Ud...
Si no hubiera sido por su conexión impía e ilegal con la señorita
L, Ud. no habría adoptado una conducta tan antinatural con sus hijos.
Ud. se puso duro e irreconciliable con Lucinda [su hija], pero estuvo
unido por un tiempo a una ramera, y su asociación con ella fue de
tal naturaleza que sus hijos, temerosos de Dios, no contaron más
con su amor y su simpatía. Pero mi carta no es para condenarlo, es
más bien para despertarlo y para que se arrepienta. Oí que Anna ha
profesado estar convertida. Esta es la única ocasión en la cual me
atrevo a escribirle a Ud. (o a ella) sabiendo que mi carta no les hará
bien alguno, puesto que la dureza de los corazones de ambos y la
terquedad manifestada en proseguir en los malos caminos ha sido
asombrosa.
Jesús, la única esperanza del pecador
—El poder encantador
de Satanás se ha manifestado en Uds. Pero no se demoren. Jesús