Página 146 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
comportamientos sensuales, que hicieron estremecer de horror mi
alma. Sus brazos circundaban la cintura de ella y el afecto expresado
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estaba cargado de embrujo. Luego fue levantada una cortina y me
fue mostrado a Ud. en la cama con la hermana N. Mi guía me dijo:
“Iniquidad, adulterio...”
Incapaz de ser impresionado
—Cuando traté de mostrarle el
carácter agraviante del pecado de un atalaya de los muros de Sion a
la vista de Dios, parecía que Ud. no percibía el sentido del pecado;
más bien se comportó como una piedra, incapaz de ser impresionado.
Sé bien que Ud. ha estado tratando de ocultar sus caminos al Señor.
Entonces no quería abrir el asunto delante de Ud. como lo hago
ahora, por medio de la pluma. Tampoco desearía que esto fuera
conocido por otros, porque espero que verá y sentirá el mal que ha
cometido, confesará su pecado a Dios y a sus hermanos y llevará
a cabo obras limpias, para que esta mancha impura le sea quitada
por la sangre purificadora de Jesucristo. Ud. no ha confesado sus
faltas. Ha llevado a cabo una gran iniquidad; ha cometido adulterio,
ha violado el séptimo mandamiento.
Durante todo este tiempo he llevado sobre mi alma esta pesada
carga. Cuando tuvimos las reuniones en _____________, Ud. sabía
perfectamente qué era lo que tenía que confesar. Ud. sabía que las
admoniciones provenían de Dios y que las notificaciones que le envié
desde Europa eran verdaderas. Cuando yo sobrellevaba las cargas
al punto que mi alma parecía aplastada, Ud. logró la simpatía de
sus amigos y dejó en ellos la impresión de que yo no había actuado
justa sino parcialmente. Pensaron que yo había sido severa, que
Ud. estaba sufriendo a causa de acusaciones difíciles de sobrellevar,
que los testimonios que le había mandado revelaban únicamente mi
propio juicio, mis propias palabras; que yo le había hecho mal y que
me había guiado por falsos rumores. Pero, hermano mío, nada puede
estar más equivocado que esto...
Dudas acerca de los anzuelos de Satanás
—He tratado de mos-
trarle que su posición como ministro del evangelio hace de su con-
ducta un reproche para la causa de Dios, un asunto de escándalo; sus
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acciones son de un sabor de muerte más que de vida. Cuando el por-
taestandarte cae, ¿quién peleará? Cuando la cruz es echada por tierra
por los que deberían señalarla a los demás, ¿a quién se creerá? ¿Qué
cosa puede ser más terrible que un ministro de Jesucristo violador