Página 163 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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A un evangelista
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ción y excitación que Ud. ha causado en discusiones esporádicas,
y el éxito aparente que ha tenido, lo ha mantenido erguido en su
justicia propia. Que se le haya permitido trabajar como se le ha
permitido, cuando su corazón no era recto para con Dios, lo ha per-
judicado mucho. Ud. no se ha puesto a escudriñar su propio corazón
ni ha afligido su alma delante de Dios. Ha sentido muy livianamente
sus terribles errores del pasado. Se ha hecho todo lo posible para
salvarlo de una desgracia y ruina completas. Ud. ha sido soportado
con paciencia y, cuando inepto del todo para la obra sagrada, se
le permitió continuar en el trabajo, con el propósito de lograr la
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salvación de su alma, algunos corazones gemían de dolor bajo la
carga de su proceder insensato y pecaminoso.
Si hubiera sido abandonado a su suerte hasta que hubiera dado
evidencia de que Dios estaba realmente con Ud. y de que era un
hombre totalmente reformado, ahora podría ser usado en esta obra
solemne. Pero vi que habíamos arriesgado todo y demasiado al
animarlo a trabajar en la conversión de los pecadores a Cristo, cuando
sus caminos estaban contaminados delante de Dios y su corazón
estaba manchado de pecados. Se ha emitido juicio acerca de los
auténticos siervos de Dios que son como Ud. No se le debería
permitir que desfigure más la obra de Dios con su corazón corrupto
y carnal, representando así miserablemente la causa de la verdad
presente.
El éxito no es evidencia de la aceptación de Dios
—Para que
Ud. pueda obrar bien, debe vivir una vida nueva, en armonía con
Dios. Su naturaleza perversa no ha sido transformada. Ud. no está
en paz con Dios, ni con Ud. mismo. Está bajo la esclavitud del gran
adversario de las almas, sujeto al viejo hombre de pecado. No es un
hombre libre en Cristo. Tiene que producirse un cambio antes que
Dios pueda obrar en su persona. Ud. puede argumentar que tiene
éxito en sus labores. Eso sucede con muchos: están en guerra con
Dios pero tienen alguna medida de éxito. Si hay quienes abrazan la
verdad por medio de sus argumentos convincentes, eso no es una
evidencia de que Dios acepta su conducta presente.
Una vida de conocido pecado mental
—Si tan sólo hubiera
parado allí... pero no paró. Por un corto tiempo advirtió su mal pro-
ceder, pero no se dio cuenta plenamente de que había sido engañado
e infatuado por Satanás y nunca fue quitada de sus ojos la niebla