Página 175 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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A un ministro honesto
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para la gloria de Dios. Me siento triste y confundida, al punto de no
poder ver claramente mi deber.
Respuesta de Dios a la oración por victoria
—Le escribí a
H. Me respondió que el asunto era exactamente como yo lo había
mencionado. Me sentía con una gran carga debido a un sueño que
tuve, así que me levanté a las 3:00 y le escribí al pastor H diciéndole
que él no había mantenido su promesa; que mientras se ocupaba
en enseñar a otros los mandamientos de Dios, él mismo los estaba
quebrantando; que estaba prodigando atenciones a la hermana S que
sólo debía manifestárselas a su esposa. Fui muy específica en todo
esto.
Admitió mis afirmaciones; dijo que había orado sobre el asunto,
y sentía que su proceder había sido incorrecto, pero no dijo que lo
abandonaría para siempre. Esto fue lo que dijo:
“La enérgica condenación que Ud. hace de mi
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persona es justa. Reconozco que fue muy difícil para mí darme
cuenta de la pecaminosidad de mi conducta. Mi razón, mi juicio, el
testimonio y las Escrituras, todo se combinó para enseñarme que
estaba equivocado. Sin embargo, estaba posesionado de tal manera
que fallé en darme cuenta del asunto como debía. No podía percibir
la magnitud de mi error y, gradualmente, resultó una trampa para mí.
Pero he estado haciendo de ello un asunto de oración desde antes de
recibir su carta, para que el Señor me habilitara para ver las cosas
según su propia luz y sentirlas como debo. Tengo razones para creer
que mi oración ha sido contestada.
“Dado que conozco algo de la bendición de la gracia, sé que
fui bendecido en el esfuerzo. Necesitaba mucho de esa bendición
con el fin de capacitarme para realizar acertadamente la tarea que
me fue impuesta aquí. Muchos han dicho que recibí ayuda del
cielo al preparar el informe acerca del asunto del arresto de nuestra
gente por trabajar en domingo; como también en la preparación
de otros artículos importantes que me tocó escribir. Pero me siento
penosamente consciente de mi debilidad, y sé que mi única seguridad
está en la constante vigilancia, la que no he puesto en práctica antes.
Ahora me doy cuenta de que es un asunto de vida o muerte para mí,