Página 185 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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A un ministro influyente
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santificados por la verdad. No han crecido gradualmente en la gracia
y el conocimiento de Jesucristo. No tienen una fe verdadera, genuina
porque no creen en la Palabra de Dios. No han avanzado de fortaleza
en fortaleza.
No han crecido en capacidad, sino que han mantenido un nivel
bajo de eficiencia. No se han constituido en hombres hábiles en las
Escrituras, poderosos en Dios; no obstante, han tenido a su alcance
todos los privilegios posibles. La causa de Dios no ha sido glorificada
por el trabajo tímido, carente del Espíritu de Cristo. Estos hombres
han causado un gran perjuicio a la obra. ¿Por qué? Porque su corazón
no ha sido purificado. No poseen un corazón nuevo, limpio, sino uno
que está abierto a las tentaciones de Satanás. Los tales no podrán
conducir nunca a la gente a la fuente pura de agua viva. Pueden
lograr que las personas lleguen a conocer las razones de nuestra fe,
pero les es imposible realizar la obra que un verdadero pastor del
rebaño debe hacer: “Apacentar la grey de Dios”...
[220]
El ministerio de la palabra es mejor que los argumentos
Debemos despertar a las responsabilidades que nos ha encomendado
Dios. Nuestro adversario, el diablo, está intensamente activo, como
un león rugiente, y debemos estar bien despiertos y no ignorar sus
maquinaciones. Seguramente seremos vencidos por los ingenios
satánicos a menos que nuestra mente y nuestra voluntad se sometan
por completo a la voluntad de Cristo. Malograremos nuestra sal-
vación, a menos que los elementos discordantes sean puestos cada
día y cada hora en sujeción al carácter de Cristo. Las tendencias y
pasiones degradantes e incontrolables no pueden reinar en un cora-
zón dirigido por el Espíritu de Cristo. Hay muchos que nunca han
sometido sin reservas su voluntad y sus caminos a Jesucristo.
En el ministerio de la palabra se necesitan más lecciones acerca
de la verdadera conversión que argumentos doctrinales, porque es
mucho más fácil y más natural, para el corazón que no está bajo el
control del Espíritu de Cristo, elegir asuntos doctrinales que prác-
ticos. Se pronuncian muchos discursos carentes de Cristo que no
son más aceptables ante Dios que la ofrenda de Caín. No están en
armonía con el Padre.
Enfermos de malaria espiritual
—Hermano, el Señor lo invita
a retirarse de la obra, a abandonar los muros de Sion y a ser un
hombre convertido. Cuando su corazón sea santificado por la verdad,