Página 218 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
quiere asumir mayores responsabilidades en el asunto, pero dice
respecto del pastor E, como ha dicho de otros casos similares, que
si están plenamente arrepentidos, si viven una vida tal como para
convencer a sus hermanos de que están actuando con seriedad, no
los separen de la confraternidad, no les impidan trabajar para Cristo
en alguna condición humilde, pero tampoco los eleven a posiciones
de responsabilidad.
“De todo esto yo entendería que no sería sabio renovarle sus
credenciales y enviarlo de un lugar a otro entre los hermanos, pero,
si por una vida cristiana fiel se ha ganado la confianza de la iglesia
en el lugar en donde reside, no se interpongan ni le impidan realizar
la obra de la cual esa iglesia es responsable. De hecho, es deber de
sus hermanos dar un paso más y pagarle por el trabajo realizado
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con fidelidad. No veo justo que se retenga la remuneración adecuada
por sus labores fieles y sensatas. No obstante, esto no justifica la
tentación de concederle credenciales y enviarlo como un ministro
itinerante de la asociación.
“Yo repetiría lo que mamá ha dicho: este asunto debe ser some-
tido a quienes han tenido que tratar su caso en lo pasado. Por favor,
considere las opiniones que he expresado tan sólo como sugeren-
cias”.
Al fin de la carta, Elena de White escribió las siguientes palabras
de apelación, de su puño y letra: “Este es el consejo correcto para
tales casos. Quiera él comportarse humildemente delante de Dios.
No veo luz en darle responsabilidades”.
No se volvió a escuchar acerca del tema hasta principios de
1913, cuando el pastor A. L. Miller, recién nombrado presidente de
la Asociación de Alabama, le escribió el 8 de enero de ese año:
“Estimada hermana White: Me toca a mí el penoso deber de
escribirle en relación con el caso del hermano William E. No es
necesario que le mencione su pasado, pues Ud. está suficientemente
informada de los hechos, ya que ese caso le fue presentado en una
carta escrita por el pastor C. F. McVagh, con fecha 15 de agosto de
1911. Lamento tener que presentarle el caso otra vez.
“La carta del pastor McVagh estaba relacionada con las creden-
ciales del hermano E y la posibilidad de que sea un obrero de la
asociación.