Página 223 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Súplica a los ministros
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do sus pasiones, y luego aprovechándose de mujeres y hombres que
son tentados, como ellos mismos, a quebrantar todas las barreras,
envilecer su cuerpo y manchar su alma? ¿Cómo pueden hacer esto
si es que conservan algo del temor de Dios ante su vista, si es que
les queda algo del amor a Dios en su alma? ¿De qué valor es su fe
en la verdad?
Limpien el campamento de esta corrupción moral, aunque haya
que sacar a los hombres más encumbrados, que ocupan las más
altas posiciones. Con Dios no se juega. Hay fornicación en nuestras
filas; lo sé porque me fue mostrado que su contaminación se está
fortaleciendo y extendiendo. Hay mucho de lo cual nunca sabremos;
pero lo que ha sido revelado responsabiliza y culpa a la iglesia
a menos que se haga un decidido esfuerzo para erradicar el mal.
Limpien el campamento, porque hay anatema en él.
Las palabras de Dios a Josué son las siguientes: “...Ni estaré más
con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana; porque
Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel;
no podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el
anatema de en medio de vosotros”.
Josué 7:12, 13
. Estas cosas están
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escritas para beneficio de nosotros, quienes hemos alcanzado el fin
de los siglos.
Ningún fundamento para la esperanza
—No tengo verdadero
fundamento para albergar esperanza respecto de los que han actuado
como pastores del rebaño, y durante años fueron tratados con pacien-
cia por el Dios misericordioso que los guió mediante reprensiones,
advertencias y ruegos; pero han escondido sus malos caminos y han
continuado en ellos, desafiando así las leyes del Dios del cielo al
practicar la fornicación. Podemos dejar que se ocupen de su propia
salvación con temor y temblor, después que se haya hecho todo lo
posible para reformarlos; pero en ningún caso podemos confiarles
la custodia de las almas. ¡Falsos pastores! ¿Será posible que los
hombres que han estado en esta obra por tanto tiempo corrompan
sus caminos delante del Señor a pesar de su gran experiencia y de la
luz especial que poseen?—
Testimonios para los Ministros, 426-428
.
Los ministros adúlteros son más culpables que Belsasar
—Es
una verdad que debería hacernos llorar a cada uno de nosotros, que
los que viven en estos últimos días, los cuales han alcanzado el fin