Página 249 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Comprendamos a los demás
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Son igualmente capaces de ser trofeos de su gracia y herederos de
su reino. Pero están expuestos a las trampas del astuto enemigo,
al peligro de la contaminación, y sin la gracia salvadora de Cristo,
a la ruina segura. Si nosotros considerásemos este asunto en su
debida luz, ¡cómo se vivificaría nuestro celo y se multiplicarían
nuestros esfuerzos fervientes y abnegados con el fin de acercarnos a
los que necesitan nuestra ayuda, nuestras oraciones, nuestra simpatía
y nuestro amor.—
Joyas de los Testimonios 2:248, 249
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Jesús, nuestro ejemplo
—Era el desechado, el publicano y el
pecador, el despreciado de las naciones, a quien Cristo llamaba, y
a quien su ternura amorosa apremiaba para que acudiese a él. La
única clase de gente a quien él nunca quiso favorecer era la de los
que se engreían por amor propio, y menospreciaban a los demás...
Aun a aquellos que habían caído más bajo los trataba con res-
peto. Era un dolor continuo para Cristo arrostrar la hostilidad, la
depravación y la impureza; pero nunca dijo nada que denotase que
su sensibilidad había sido herida u ofendido su gusto refinado. Cua-
lesquiera fueran los hábitos viciosos, los fuertes prejuicios o las
pasiones despóticas de los seres humanos, siempre les hacía frente
con compasiva ternura. Al participar de su espíritu, miraremos a
todos los hombres como a hermanos, que sufren las mismas tenta-
ciones y pruebas que nosotros, que caen a menudo y se esfuerzan
por levantarse, que luchan contra desalientos y dificultades, y que
anhelan simpatía y ayuda. Entonces los trataremos de tal manera que
no los desalentaremos ni los rechazaremos, sino que despertaremos
esperanza en sus corazones.—
El Ministerio de Curación, 121-123
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