Página 59 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Consejos a Walter y Laura
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holladas bajo los pies. La mayoría de las personas siembra semillas
de influencias funestas en torno de sí mismas. ¿Qué está haciendo
Ud., Laura? ¿Ha estado creciendo con el fin de lograr un carácter
sólido, bien desarrollado, desde que decidió descartar consejos y
desoír advertencias? ¿O ha notado que al tomar su propia decisión,
le han sobrevenido desasosiegos, preocupaciones y angustias?
La decisión crucial de la vida
—¿Por qué no hace caso de los
consejos de sus padres? Delante de Ud. se encuentra la senda que
conduce a la ruina segura. ¿La evitará mientras pueda evitarla? ¿Bus-
cará al Señor mientras la dulce voz de la misericordia suplica por
Ud.? Le extiende una invitación. ¿Acudirá a él? ¿Se volverá de sus
andadas? Quiera el Señor ayudarla para que escoja ser enteramente
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del Señor.—
Carta 51, 1889
.
Siguiendo la voluntad y el parecer propios
—Querida herma-
na Laura: Pensé que debería dirigirle unas pocas líneas porque tengo
interés en su alma, y porque estoy segura de que sus pies han estado
mucho tiempo en las sendas peligrosas que conducen a la perdición.
No ha estado ganando fuerza alguna que la ayude a vencer cada
defecto de carácter, sino que más bien ha estado siguiendo un curso
de acción que no es cristiano. Sé que, si hubiera seguido el consejo
que le di de parte del Señor, habría crecido espiritualmente bastante
más de lo que ha crecido hasta ahora. Pero todo el consejo ha sido
puesto de lado como sin valor. Sentí que no tenía sentido tratar de
ayudarla, porque mi alma fue herida y la suya no pudo ser ayudada,
a menos que el consejo coincidiera con sus ideas relacionadas con su
matrimonio con Walter. Pero tal coincidencia no podría producirse
porque sé que el camino que Ud. está tomando no es recto, y que el
Señor no lo aprueba. Si ese camino hubiera sido el correcto, Ud. no
habría sufrido como ha sufrido.
Sus determinaciones desde que se separó de Walter no han sido
como para elevarla en la estima de ninguno de los que tienen el per-
manente amor de Dios en su corazón. A Ud. le han gustado siempre
las compañías, y ha atraído la atención de hombres jóvenes. Esto lo
ha hecho en perjuicio propio. Los consejos y las orientaciones en
estos asuntos no la ayudaron en nada sino que, más bien han creado
en Ud. resentimiento. ¿Ha pensado Ud. cómo ponderan los ángeles
del cielo esas determinaciones que ha tomado persistentemente, si-