Página 90 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
biertos, sino fielmente registrados, con la reprobación y el castigo
consiguientes. “Y estas cosas... están escritas para amonestarnos a
nosotros, quienes hemos alcanzado los fines de los siglos”.
No es el propósito de Dios que lo que se dice en su Palabra sea
para exaltar a los mejores hombres que han vivido sobre esta tierra.
Todos sus triunfos, sus grandes y buenas obras deben ser atribuidas
a Dios. El es el único que debe ser glorificado. El solo debe ser
exaltado. El fue todo en todo. El hombre ha sido apenas un agente, un
instrumento frágil en sus manos. El poder y la excelencia proceden
de Dios. Dios ha visto en el hombre una disposición continua a
apartarse de él, a olvidarlo y a adorar a la criatura antes que al
Creador. Por lo tanto, Dios no consintió que se registrara mucho
relacionado con la alabanza de los hombres en las páginas de la
historia sagrada.
Los salmos penitenciales
—David se arrepintió de su pecado en
saco y ceniza. Suplicó el perdón de Dios y no ocultó su arrepen-
timiento de los grandes hombres ni de los servidores en su reino.
Compuso un salmo penitencial en el que relata su pecado y su arre-
pentimiento. El sabía que ese salmo sería cantado por generaciones.
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Quería que otros fueran beneficiados por la triste historia de su vida.
Los cantos compuestos por David eran entonados por todo Is-
rael, particularmente en presencia de la asamblea de la corte, ante
sacerdotes, ancianos y señores. Sabía bien que la confesión de su
culpa informaría a otras generaciones de sus pecados. Presenta su
caso para mostrar en quién confiaba y de quién esperaba perdón.
“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a
la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más
de mi maldad, y límpiame de mi pecado... Líbrame de homicidios,
oh Dios, Dios de mi salvación”.
Salmos 51:1, 2, 14
.
David no manifiesta el espíritu de un inconverso. Si hubiera po-
seído el espíritu de los líderes que lo rodeaban, no habría soportado
el cuadro de su crimen en sus verdaderos y horribles colores; sino
que le habría quitado la vida a quien fielmente lo reprobara. No
obstante, la elevada posición de su trono y su poder ilimitado, el
reconocimiento humilde de todas las acusaciones, es una evidencia
de que todavía temía y temblaba ante la Palabra del Señor.
Resultados de los errores de David
—David tuvo que sentir
amargamente los frutos de su mal proceder. Sus hijos actuaron