Página 89 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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El pecado de la permisividad
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blasfemaran. El asunto ha sido explotado por los enemigos de Dios
desde los días de David hasta nuestros días. Los escépticos han
atacado al cristianismo y ridiculizado la Biblia porque David les dio
ocasión para ello. Traen a colación a los cristianos al caso de David
y Betsabé, su poligamia y la declaración de que David es llamado
“hombre según el corazón de Dios”; y dicen que si el registro bíblico
es correcto, Dios justificó a David por sus delitos.
Me fue mostrado que cuando David era puro y seguía el consejo
de Dios, el Señor lo llamó “hombre según el corazón de Dios”.
Cuando David se apartó de Dios y manchó con sus crímenes su
carácter virtuoso, dejó de ser el hombre según el corazón de Dios.
Dios no justificó sus delitos en lo más mínimo, sino que le envió a
Natán, su profeta, con terribles denuncias, porque había transgredido
los mandamientos del Señor.
Dios reveló su reprobación a David por haber tenido pluralidad
de esposas, y lo hizo objeto de sus juicios, permitiendo que el mal
se levantase contra él en su propia casa. La terrible calamidad que
Dios permitió que le sobreviniera a David es una evidencia, para las
sucesivas generaciones, de que Dios no justificará a ninguno que
transgreda sus mandamientos, sino que castigará seguramente al
culpable, no importa cuán recto y favorecido de Dios pudiera haber
sido mientras seguía al Señor con pureza de corazón. Cuando los
justos se vuelven de sus justicias para hacer el mal, sus justicias del
pasado no los librarán de la ira de un Dios justo y santo.
Los pecados de los santos en la Biblia
—Hombres prominentes
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de la historia bíblica han pecado gravemente. Sus pecados no han
sido encubiertos sino fielmente registrados en la historia de la iglesia
de Dios, con el consecuente castigo que siguió a la ofensa. Estos
casos fueron registrados para beneficio de las futuras generaciones,
y deberían inspirar fe en la Palabra de Dios como historia fidedigna.
Los hombres que quieran dudar de Dios, del cristianismo y de la Pa-
labra de Dios, que no juzgan con candidez e imparcialidad, sino con
mentes prejuiciadas, urgarán en la vida y el carácter de quienes han
sido los más promientes dirigentes de Israel, para detectar defectos.
En Dios se originó la idea de que se presente, en la historia inspi-
rada, una fiel delineación del carácter de los mejores y más grandes
hombres de los días bíblicos. Esos hombres eran mortales, sujetos a
las tentaciones diabólicas. Sus flaquezas y pecados no fueron encu-