Página 163 - Testimonios para los Ministros (1979)

Basic HTML Version

La economía
159
Estudiad el modelo
A fin de establecer y ampliar la obra en este país, es imprescindi-
ble contar con fondos para hacer una gran tarea en breve tiempo. Y
la única forma de lograrlo es que en cada paso que demos tengamos
como único propósito la gloria de Dios, para que no puedan decir
de nosotros: Comenzaron a edificar, y no pudieron terminar. Al co-
menzar a hacer una obra más amplia necesitamos desde el mismo
principio eliminar completamente el orgullo y la ambición mundana
de nuestro corazón. Teniendo ante nosotros el ejemplo de Cristo,
el más grande Maestro que el mundo conoció, no necesitamos co-
meter un solo error. “El que me sigue, no andará en tinieblas, sino
que tendrá la luz de la vida”. “Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”. Debemos
estudiar el Modelo, e inquirir a cada paso: “¿Es éste el camino del
Señor?” Cometeremos ciertamente graves errores si a cada paso no
hacemos resaltar ante el pueblo la abnegación y el sacrificio propio.
La obra en este campo misionero está todavía en su infancia. Los
creyentes apenas se han iniciado en la vida cristiana, y nos hemos
preocupado mucho para que esta gente en lo futuro pueda aprender
cosas mayores. Todavía no se ve lo que pueden llegar a ser mediante
la creencia práctica en la verdad y la santificación del ser entero por
medio de ella. Las palabras y el ejemplo de nuestro Redentor en
su vida de humildad y abnegación serán la luz y la fuerza de sus
hijos si siguen plenamente a Jesús confiando en él a cada paso. Sea
el lenguaje de nuestro corazón: “Sé tú mi modelo”. “El que quiera
[179]
hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios”. Nada
es tan deseable como vivir en la forma en que Cristo vivió, negar al
yo como Cristo se negó a sí mismo, y trabajar con él para buscar y
salvar lo que se ha perdido.
Evitad el derroche
En materia de muebles, no compréis un solo artículo para hacer
ostentación. Adquirid cosas útiles y que resistan el desgaste. Educad
a nuestro pueblo a practicar la abnegación. Considérese que todo
peso puede representar un alma, porque alguien podría ser traído al
conocimiento de la verdad por el uso de ese peso en la obra misio-
nera. Puede ser que tengamos muy buen gusto, y tal vez gocemos