Página 185 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Colaboradores de Dios
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una parte, aunque la gran obra misionera aumenta de año en año.
Debemos aprender a economizar en los gastos de nuestra casa. No
debe incurrirse en ningún gasto innecesario; porque nos enteramos
de muchos casos de indigencia, desgracias, pobreza y miseria de
toda descripción, y somos llamados a ayudar a los necesitados y
afligidos. Debemos velar porque sean atendidos los que necesitan
alimento y vestido, y que los que tienen pobreza de alma conozcan
la bondad de la salvación.
Fervor en la obra
Cuando nos empeñamos con fervor en la obra, trabajando según
nuestras diversas habilidades, Dios se manifiesta a nosotros y nos da
gracia sobre gracia. Una iglesia activa y afanosa por las almas será
una iglesia que ore, una iglesia que crea, y una iglesia que reciba.
Una iglesia cuyos miembros sean hallados sobre sus rodillas ante
Dios, suplicando su misericordia, buscándolo diariamente, es una
iglesia que se alimenta del pan de vida y que bebe las aguas de vida.
En ellos se realizará la promesa: “Todo cuanto pidiereis al Padre en
mi nombre, os lo dará”. La actividad cristiana, llevada a cabo con
celo perseverante, traerá grandes resultados. Habrá una experiencia
amplia en el amor, y los agentes humanos tendrán puntos de vista
elevados en cuanto a lo que Dios quisiera hacer por medio de ellos
mientras ocupan su puesto de deber. Entonces la iglesia se levantará
y resplandecerá, comprendiendo que la gloria de Jehová ha nacido
sobre ella y que las tinieblas se están disipando.
El éxito misionero estará en proporción con el esfuerzo sincero
y cabalmente consagrado. Cada alejamiento del verdadero esfuerzo
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misionero, cada rechazo del espíritu misionero ha producido una
reacción en la iglesia y se ha manifestado una declinación de la
espiritualidad. Pero todo esfuerzo ferviente hecho en los diferentes
aspectos de la obra misionera ha traído salud espiritual a la iglesia,
y no sólo ha aumentado la feligresía, sino el santo celo y la alegría
de la iglesia.
El pueblo de Dios que guarda los mandamientos afrontará en
lo sucesivo una situación sumamente penosa; pero todos los que
hayan andado en la luz, y hayan difundido la luz, verán que Dios
interviene en su favor. Cuando la situación parezca insoportable,