Página 294 - Testimonios para los Ministros (1979)

Basic HTML Version

290
Testimonios para los Ministros
El carácter de los consejeros
En su instrucción a Moisés, el Señor declaró en forma sencilla el
carácter de aquellos que habían de ocupar puestos importantes como
consejeros. Han de ser “varones de virtud, temerosos de Dios, varo-
nes de verdad, que aborrezcan la avaricia”. El consejo del Señor ha
sido extrañamente descuidado. Existen hombres en puestos de santa
confianza que, cuando han sido reprobados, no han prestado atención
a ello. Algunos que durante años han actuado como consejeros, han
[342]
declarado temerariamente que no recibirían los testimonios dados.
[
veasé el Apéndice.
] Con aire de triunfo han declarado que muchos
de nuestros hombres más responsables han perdido la fe en los men-
sajes que vienen de la Hna. White. Así los que rechazan la luz han
sido fortalecidos en su incredulidad, creyendo que constituían una
poderosa confederación. Hombres que han tenido la luz han andado
contrariamente a la luz. Estas palabras son apropiadas: “La verdad
tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir”. El paludismo de la
incredulidad ha estado difundiendo su atmósfera mortífera por las
filas, cerca y lejos. Todo esto se ha expresado claramente, y sin em-
bargo durante años las cosas han permanecido sin cambiar. ¿Puede
esperarse el favor del Señor bajo tales circunstancias? ...
Estudiad los métodos de Dios
Como pueblo debemos estudiar los planes de Dios para conducir
su obra. Dondequiera él haya dado instrucciones con respecto a
algún punto, debiéramos considerar cuidadosamente cómo acatar
su expresa voluntad. Esta obra debe recibir especial atención. No
es sabio escoger a un solo hombre como presidente de la Asocia-
ción General. La obra de la Asociación General se ha extendido, y
algunas cosas se han hecho innecesariamente complicadas. Se ha
manifestado una falta de discernimiento. Debe haber una división
del campo, o debe idearse algún otro plan para cambiar el actual
estado de cosas...
El presidente de la Asociación General [
veasé el Apéndice.
]
debiera tener el privilegio de decidir quiénes estarán a su lado como
consejeros. Son consejeros seguros los que guardan el camino del
Señor, los que conservan un discernimiento claro y agudo al cultivar
la religión en el hogar. De los tales el Escudriñador de los corazones