Página 338 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
sacudieran el hechizo que ha nublado sus sentidos y les ha impedido
prestar verdadero servicio a Dios, qué cosa no harían por la salvación
de las almas sus esfuerzos bien organizados! ¡Qué cambio se vería
en los principios practicados! El mundo, la carne y el diablo no
cegarían a hombres y mujeres en cuanto a lo que son los principios
de pureza, de santidad y lealtad.
La Palabra de Dios asimilada es la preparación para la vida
eterna. Pero los hombres han dado tal interpretación a esta Palabra
que la han despojado de su significado. El corazón y la conciencia
se han endurecido y corrompido. Hermanos, en el nombre de Jesús,
os pregunto: ¿Creéis en la Palabra de Dios? ¿Sois hijos e hijas de
Dios? Si lo sois, es porque habéis sido convertidos y habéis recibido
a Cristo en el templo de vuestra alma, y vuestra mente ha sido
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colocada bajo la nueva ley, la ley real de la libertad. ¡Oh, si pudiera
tener la gozosa noticia de que la voluntad y la mente de los que están
en Battle Creek y que han actuado como profesos dirigentes, se ha
emancipado de las enseñanzas y la esclavitud de Satanás, cuyos
cautivos han sido durante tanto tiempo, estaría deseosa de cruzar el
ancho Pacífico para ver vuestros rostros una vez más! Pero no estoy
ansiosa de veros con percepciones debilitadas y mentes anubladas,
porque habéis elegido las tinieblas antes que la luz.
La influencia despertadora del Espíritu Santo
El Espíritu divino revela su obra en el corazón humano. Cuando
el Espíritu Santo actúa en la mente, el instrumento humano compren-
de la declaración hecha por Cristo: “Tomará de lo mío, y os lo hará
saber”. La sujeción a la Palabra de Dios significa la restauración
de uno mismo. Actúe Cristo por medio de su Espíritu Santo para
despertaros como de entre los muertos, y ponga vuestras mentes
en armonía con la suya. Sea él quien use vuestras facultades. El ha
creado cada una de vuestras capacidades para que podáis honrar y
glorificar mejor su nombre. Consagraos a él, y todos los que están
asociados con vosotros verán que vuestras energías son inspiradas
por Dios, que vuestras más nobles facultades son llamadas al trabajo
para hacer el servicio de Dios. Las facultades que fueron usadas para
servir al yo e impulsar causas indignas, que fueron empleadas como