Principios vitales acerca de nuestras relaciones mutuas
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Será bueno que consideremos lo que ha de ocurrir pronto sobre la
tierra. No es momento éste para dedicarnos a trivialidades y a satis-
facer el egoísmo. Si los tiempos en que vivimos no nos impresionan
seriamente, ¿qué puede impresionarnos entonces? ¿No claman las
Escrituras por una obra más pura y santa que la que hemos visto
hasta ahora?
Se necesitan ahora hombres de percepción clara. Dios llama a
los que estén dispuestos a ser dirigidos por el Espíritu Santo para
que emprendan una obra de reforma total. Veo que se avecina una
crisis, y el Señor pide que sus obreros estrechen filas. Toda alma
debe estar ahora en una actitud de consagración a Dios más profunda
y verdadera que durante los años pasados...
“Me gozo—hermanos míos—, de que en todo tengo confianza
en vosotros”. Y mientras aún siento la más profunda ansiedad por
la actitud de algunos hacia medidas importantes relacionadas con
el desarrollo de la causa de Dios en la tierra, tengo firme fe en
los obreros esparcidos por todo el territorio, y creo que cuando se
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reúnen y se humillan delante del Señor para consagrarse de nuevo a
su servicio, son capacitados para hacer su voluntad. Hay quienes ni
aun ahora ven las cosas como debieran verlas; pero pueden aprender
a considerarlas como las aprecian sus colaboradores, y pueden evitar
serias equivocaciones si buscan con fervor al Señor en este tiempo y
someten plenamente su voluntad a la de Dios.
Me he sentido profundamente impresionada por las escenas que
recientemente han pasado ante mí en horas de la noche. Parecía que
un gran movimiento—un reavivamiento—se producía en muchos
lugares. Nuestros hermanos estrechaban filas en respuesta al llamado
de Dios. Hermanos míos, el Señor está hablando. ¿No escucharemos
su voz? ¿No prepararemos nuestras lámparas y actuaremos como
gente que espera que su Señor venga? El tiempo exige que seamos
portaluces; exige acción.
* * * * *
Trabajen abnegadamente, en el temor y el amor de Dios para
que la obra progrese, todos los que se encuentran en todo territorio
distante; como misioneros de Dios, pueden hacer mucho por ella
si viven en comunión con él. Debieran acercarse a Dios con plena