Página 58 - Testimonios para los Ministros (1979)

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Testimonios para los Ministros
espasmódica, celosa y apresurada ha de ser tomada por los miembros
de la iglesia para separar de la misma a los que ellos consideran
defectuosos de carácter. La cizaña aparecerá en medio del trigo;
pero haría más daño arrancarla (a menos que sea de la manera
señalada por Dios), que dejarla. Mientras el Señor trae a la iglesia a
aquellos que están verdaderamente convertidos, Satanás al mismo
tiempo, trae a ella a personas que no están convertidas. Mientras
Cristo siembra la buena simiente, Satanás siembra la cizaña. Hay
dos influencias opositoras que se ejercen continuamente sobre los
miembros de la iglesia. Una influencia trabaja para la purificación
de la iglesia, y la otra para la corrupción del pueblo de Dios.
Judas tuvo oportunidades
Jesús sabía que Judas tenía defectos de carácter, pero a pesar
de ello lo aceptó como uno de sus discípulos, y le dio las mismas
oportunidades y privilegios que concedió a los otros a quienes había
escogido. Judas quedó sin excusa en la mala conducta que siguió
más tarde. Pudo haber llegado a ser un hacedor de la palabra, como
lo fueron con el tiempo Pedro, Santiago, Juan y los otros discípulos.
Jesús impartió preciosas lecciones de instrucción, de manera que
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los que estaban asociados con él pudieran convertirse, y no tuvie-
ran necesidad de aferrarse a los defectos que echaban a perder sus
caracteres.
La iglesia no es perfecta
Algunas personas parecen pensar que al entrar en la iglesia serán
cumplidas sus expectativas, y hallarán solamente personas puras y
perfectas. Son celosas en su fe, y cuando ven faltas en los miembros
de la iglesia, dicen: “Nosotros abandonamos el mundo para no tener
ninguna asociación con individuos malos, pero el mal se halla aquí
también”; y preguntan, como los siervos de la parábola: “¿De dónde,
pues, tiene cizaña?” Pero no necesitamos chasquearnos así, pues
el Señor no nos autoriza a sacar la conclusión de que la iglesia es
perfecta; y todo nuestro celo no nos permitirá tener éxito en lograr
que la iglesia militante sea tan pura como la iglesia triunfante. El
Señor nos prohíbe proceder de manera violenta contra aquellos que