Página 178 - La Temperancia (1976)

Basic HTML Version

174
La Temperancia
ser constantemente fortalecidas y desarrolladas durante este período
de prueba. Solamente los que aprecian estos principios, y han sido
adiestrados para cuidar sus cuerpos inteligentemente y en el temor
de Dios, debieran ser elegidos para asumir responsabilidades en
esta obra. Los que han estado por mucho tiempo en la verdad y,
sin embargo, no pueden distinguir entre los puros principios de la
justicia y los principios del mal, cuya comprensión respecto a la
justicia, la misericordia, el amor de Dios están oscurecidos, deberían
ser relevados de sus responsabilidades. Cada iglesia necesita un
testimonio claro y nítido. La trompeta debe dar un sonido cierto.—
The Signs of the Times, 2 de octubre de 1907
.
Los obreros sanitarios deben ser temperantes
—El [el médi-
co] ve que los que están siguiendo el curso de enfermería deberían
recibir una cabal educación en los principios de la reforma de la
salud, que deberían ser enseñados a ser estrictamente temperantes en
todas las cosas, porque el descuido respecto a las leyes de la salud
es inexcusable en los que son apartados para enseñar a otros cómo
vivir.—
Testimonies for the Church 7:74
.
Educad, educad, educad
—Puesto que los principios de salud
y temperancia son tan importantes, y son tan a menudo mal com-
prendidos, descuidados, o desconocidos, deberíamos instruirnos al
respecto, para que no solamente podamos poner nuestras propias
vidas en armonía con tales principios, sino también enseñarlos a
otros. La gente necesita ser instruida, línea sobre línea, precepto
sobre precepto. El tema debe mantenerse fresco delante de ella. Casi
cada familia necesita ser sacudida. La mente debe ser iluminada y
despertada la conciencia respecto al deber de practicar los principios
de la verdadera reforma.
Especialmente los ministros deberían llegar a ser sabios en es-
ta cuestión. Como pastores del rebaño, serán responsables por su
ignorancia voluntaria y su menosprecio de las leyes de la naturale-
[150]
za. Encuentren ellos qué es lo que constituye la verdadera reforma
higiénica, y enseñen sus principios, tanto por precepto como por
un sereno y constructivo ejemplo. No deberían ignorar su deber en
esta cuestión, no ponerlos a un lado porque algunos puedan llamar-
los extremistas. En las convenciones, asambleas y otras reuniones
grandes e importantes debería darse instrucciones sobre la salud y la
temperancia. Póngase al servicio todo el talento disponible y sígase