Capítulo 3—Eliminad la tentación
La mancha oscura permanece
—A pesar de los miles de años
de experiencia y progreso, la misma mancha oscura que ensució las
primeras páginas de la historia permanece para desfigurar nuestra
civilización moderna. La embriaguez, con todas sus consecuencias,
se halla dondequiera que vayamos. A pesar de los nobles esfuerzos
de los obreros de la temperancia, el mal ha ganado terreno. Se han
redactado leyes permisivas, pero la regulación legal no ha detenido su
avance, salvo en territorios comparativamente limitados.—
Christian
[181]
Temperance and Bible Hygiene, 29
.
El producto de las leyes permisivas
—Mediante el pago de una
suma miserable se concede a los hombres la licencia para expender
a sus semejantes el brebaje que les robará todo aquello que hace
deseable esta vida y toda esperanza de la vida venidera. Ni el le-
gislador ni el vendedor de bebidas ignoran el resultado de su obra.
En el mostrador del hotel, en la cervecería, en la taberna, el esclavo
del apetito dilapida sus medios por aquello que destruye la razón, la
salud y la felicidad. El vendedor de bebidas colma sus arcas con el
dinero que debiera proporcionar alimento y vestido para la familia
del pobre borracho.
Esta es la peor clase de latrocinio. Sin embargo hombres que
ocupan cargos relevantes en la sociedad y en la iglesia prestan su
influencia en favor de las leyes permisivas. ¿Y por qué? ¿Porque
pueden cobrar alquileres más altos cediendo sus edificios a los trafi-
cantes de bebidas? ¿Porque eso es deseable para conseguir el apoyo
político de sus intereses en el alcohol? ¿Porque esos profesos cristia-
nos están ellos mismos complaciéndose secretamente en el tentador
veneno? Por cierto, un amor noble y abnegado por la humanidad no
autorizaría a los hombres a incitar a sus semejantes a destruirse a sí
mismos.
Las leyes que permiten la venta de bebidas alcohólicas han lle-
nado nuestros pueblos y ciudades, y hasta nuestras aldeas y caseríos
aislados de engaños y trampas para los pobres y débiles esclavos del
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