Página 251 - La Temperancia (1976)

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Llamado a la batalla
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debiéramos estar al frente de toda verdadera reforma.—
Counsels on
Health, 432
.
Esfuerzos continuos y fervientes
—La intemperancia aún con-
tinúa con sus estragos. La iniquidad en todas sus formas se yergue
como potente barrera para impedir el progreso de la verdad y la
justicia. Males sociales generados por la ignorancia y el vicio están
aún causando miseria indecible y arrojando su sombra funesta sobre
la iglesia y el mundo. La depravación entre los jóvenes aumenta en
lugar de disminuir. El esfuerzo ferviente y constante será lo único
que servirá para eliminar esta maldición desoladora. El conflicto con
los intereses y el apetito, con los malos hábitos y las pasiones no
santificadas será violento y mortal; únicamente los que obren por
principios podrán ganar la victoria en esta guerra.—
The Review and
Herald, 6 de noviembre de 1883
.
Dios obra por medio de su iglesia
—Si tanto los hombres como
las mujeres han de ser así engañados, ¿no obrará el Señor mediante su
iglesia, impulsando a su pueblo a cumplir su deber con esas víctimas
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seducidas? Muchos consideran la bebida como el único consuelo
en sus penas. Eso no ocurriría si el pueblo de Dios aprovechara las
oportunidades que se le ofrecen. Si no tuvieran los ojos obstruidos
por el egoísmo podrían ver la obra que aguarda ser hecha. Serían
enviados por Dios a realizar la obra que él esperaba que hicieran al
comienzo de su experiencia, cuando sus almas estaban llenas de gozo
y alegría porque sus pecados habían sido perdonados.—
Manuscrito
87, 1898
.
Un arma más efectiva que el hacha
—Dios desea que estemos
donde podamos amonestar a la gente. Desea que nos dediquemos al
problema de la temperancia. Por los hábitos errados en el comer y
el beber los hombres destruyen el poder que tienen para el pensa-
miento y la inteligencia. No es necesario que tomemos un hacha e
irrumpamos en sus tabernas. Disponemos de un arma más potente:
la Palabra del Dios vivo. Esta Palabra se abrirá paso a través de las
sombras infernales que Satanás intenta arrojar en el camino de los
hombres. Dios es fuerte y todopoderoso. Hablará a sus corazones.
Lo hemos visto haciéndolo.—
The General Conference Bulletin, 23
de abril de 1901
.
Que la juventud se una para detener el mal
—Nadie puede
lograr tanto en la lucha contra la intemperancia como la juventud