Página 27 - La Temperancia (1976)

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La importancia de la victoria de Cristo sobre el apetito.
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que, a fin de quebrantar su dominio, el divino Hijo de Dios hubo
de soportar un ayuno de casi seis semanas en favor del hombre,
¡qué obra está delante del cristiano! Sin embargo, por grande que
sea la lucha, éste puede vencer. Con la ayuda del poder divino que
soportó las más fieras tentaciones que Satanás pudo inventar, él
también puede ser completamente victorioso en su guerra contra el
mal, y finalmente podrá llevar la corona de victoria en el reino de
Dios.—
Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 198
.
Victoria mediante la obediencia y el esfuerzo continuo
—Los
que venzan como Cristo venció, necesitarán precaverse constante-
[20]
mente contra las tentaciones de Satanás. El apetito y las pasiones
deben ser sometidos al dominio de la conciencia iluminada, para
que el intelecto no sufra perjuicio, y las facultades de percepción
se mantengan claras a fin de que las obras y trampas de Satanás
no sean interpretadas como providencia de Dios. Muchos desean
la recompensa y la victoria finales que han de ser concedidas a los
vencedores, pero no están dispuestos a soportar los trabajos, las pri-
vaciones y la abnegación como lo hizo su Redentor. Únicamente
por la obediencia y el esfuerzo continuo seremos vencedores como
Cristo lo fue.
El poder dominante del apetito causará la ruina de millares de
personas, que, si hubiesen vencido en ese punto, habrían tenido fuer-
za moral para obtener la victoria sobre todas las demás tentaciones
de Satanás. Pero los que son esclavos del apetito no alcanzarán a
perfeccionar el carácter cristiano. La continua transgresión del hom-
bre durante seis mil años ha producido enfermedad, dolor y muerte.
Y a medida que nos acerquemos al fin, la tentación de complacer
el apetito será más poderosa y más difícil de vencer.—
Joyas de los
Testimonios 1:422, 423
.
Pedid el poder vencedor de Cristo
—Cristo tiene facultad del
Padre para dar su gracia y fuerza divinas al hombre haciendo que
él pueda vencer en su nombre. No hay sino pocos profesos segui-
dores de Cristo que eligen alistarse con él en la obra de resistir las
tentaciones de Satanás como él resistió, y vencer. ...
Todos están personalmente expuestos a las tentaciones que Cris-
to venció, pero se ha hecho provisión de fuerza para ellos en el
todopoderoso nombre del gran Vencedor. Y todos deben vencer indi-