Página 281 - La Temperancia (1976)

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Apéndice A—Elena G. de White, propulsora de la temperancia
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hablara una noche. Dijo que estarían muy contentas de oírme aun
cuando sólo hablara diez minutos. Le pregunté si los diez minutos
que me proponía que hablara era todo el tiempo que se me concedía,
porque a veces el Espíritu del Señor venía sobre mí, y mi discurso era
de más de diez minutos. “¡Oh!—dijo ella—los suyos me dijeron que
Ud. no hablaba en la noche, y yo determiné diez minutos pensando
que no la conseguiría si le asignaba más tiempo. Mientras más nos
hable, más agradecidas estaremos”.
Le pedí a la Sra. Winter, la presidenta, si era su costumbre leer
un pasaje de las Escrituras al comenzar la reunión. Dijo que así
era. Entonces le pedí el privilegio de orar, que me concedió con
gusto. Les hablé con desenvoltura durante una hora. Algunas de las
mujeres que estuvieron presentes esa noche asistieron después a las
reuniones en la carpa.—
Manuscrito 79, 1907
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