Página 64 - La Temperancia (1976)

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La Temperancia
tabaco. Cada exhalación de los pulmones del esclavo del tabaco
envenena el aire a su alrededor.—
The Health Reformer, enero de
1872
.
Un factor del aumento del crimen
—El uso del tabaco y de
las bebidas alcohólicas tiene mucho que ver con el aumento de la
enfermedad y el crimen.—
Manuscrito 29, 1886
.
El uso de licores o del tabaco destruye los nervios sensitivos
del cerebro y obnubila la facultad de razonar. Bajo su influencia se
cometen crímenes que no se hubieran perpetrado si la mente hubiese
estado clara y libre de la influencia de estimulantes o sustancias que
nublan la mente.—
Manuscrito 38, 1905
.
Satanás domina la mente paralizada
—Miles de personas es-
tán continuamente vendiendo vigor físico, mental y moral por el
placer del gusto. Cada facultad tiene su oficio distintivo, pero todas
tienen una relación de dependencia mutua. Si se conserva cuidadosa-
mente el equilibrio, serán guardadas en acción armoniosa. Ninguna
de estas facultades puede valuarse en billetes y monedas. Sin em-
bargo se las vende por un buen almuerzo, por alcohol o por tabaco.
Paralizadas estas facultades por la complacencia del apetito, Sata-
nás domina la mente y lleva a cometer toda suerte de crímenes y
maldades.—
The Review and Herald, 18 de marzo de 1875
.
¿Fumarán las mujeres?
—Dios no quiera que la mujer se rebaje
a usar esta asquerosa y entontecedora sustancia. Cuán repugnante es
el cuadro que uno puede imaginarse, de una mujer cuyo aliento esté
envenenado por el tabaco. Uno se estremece al pensar en los niñitos
que rodean con los brazos su cuello y ponen sus labios frescos y
puros sobre los labios de esa madre, manchados y contaminados
por el desagradable fluido y el olor del tabaco. Sin embargo, este
cuadro resalta como más repugnante porque es menos frecuente que
el que ofrece el padre, el señor de la casa, que se contamina con
esta repugnante mala hierba. No es de extrañar que veamos niños
apartarse del beso del padre al cual aman, y si lo besan no lo hacen
en los labios, sino en la mejilla o en la frente, donde sus labios puros
no serán contaminados.—
The Health Reformer, septiembre de 1877
.
El único camino seguro
—Muchas son las tentaciones que aco-
san por todos lados a los jóvenes para arruinarles el futuro, tanto de
este mundo como del venidero. Pero el único camino seguro para
jóvenes y viejos es vivir en estricta conformidad con los principios
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