Página 71 - La Temperancia (1976)

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Capítulo 4—Un derroche de economías
El dinero de Dios despilfarrado
—El amor al tabaco es un de-
seo apremiante. Por él se despilfarran medios que ayudarían en la
buena obra de vestir al desnudo, alimentar al hambriento y enviar la
verdad a las pobres almas sin Cristo. ¡Qué registro aparecerá cuando
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las cuentas de la vida sean arregladas en el libro de Dios! Aparecerá
que enormes sumas de dinero se han gastado en tabaco y bebidas
alcohólicas. ¿Para qué? ¿Para asegurar la salud y prolongar la vida?
¡Oh, no! ¿Para ayudar en el logro de un carácter cristiano y la aptitud
para la compañía de los santos ángeles? ¡Oh, no!, sino para fomentar
un depravado apetito artificial por aquello que envenena y mata, no
sólo a quien lo usa, sino a aquellos a quienes transmite su legado
de enfermedad y debilidad mental.—
The Signs of the Times, 27 de
octubre de 1887
.
Todos deberán dar cuenta
—Millones de dólares se gastan en
estimulantes y estupefacientes. Todo este dinero pertenece por dere-
cho a Dios, y los que de esta forma malversan los bienes confiados
por él, algún día serán llamados a rendir cuenta de cómo han usado
los bienes de su Señor.—
Carta 243a, 1905
.
Los que usan tabaco que consideren lo que hacen
—¿Habéis
considerado vuestra responsabilidad como mayordomos de Dios
respecto a los recursos que están en vuestras manos? ¿Cuánto dinero
del Señor gastáis en tabaco? Recapacitad en lo que habéis gastado
así en toda vuestra vida. ¿Cómo se compara el importe de lo gastado
en este vicio con lo que habéis dado para aliviar a los pobres y
difundir el Evangelio?
Ningún ser humano necesita tabaco; en cambio hay muchedum-
bres que mueren por falta de los recursos que gastados en tabaco
resultan más que derrochados. ¿No habéis malgastado los bienes
del Señor? ¿No os habéis hecho reos de hurto para con Dios y para
con vuestros semejantes? ¿No sabéis que “no sois vuestros? Porque
comprados sois por precio: glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo
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