Página 85 - La Temperancia (1976)

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Té y café
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gidas contra la enfermedad y el deterioro prematuro.—
Testimonies
for the Church 1:548, 549
.
Todo el organismo sufre
—Por el uso de los estimulantes sufre
todo el organismo. Los nervios se desequilibran, el hígado funciona
mal, la calidad de la sangre y su circulación son afectadas, y la piel
se vuelve inactiva y pálida. La mente también es perjudicada. La
influencia inmediata de estos estimulantes es excitar el cerebro a
una actividad indebida, sólo para dejarlo más débil y menos apto
para el esfuerzo. El efecto ulterior es la postración, no sólo mental
y física, sino moral. Como resultado, vemos a hombres y mujeres
nerviosos, de juicio defectuoso y de mente desequilibrada. A menudo
manifiestan un espíritu precipitado, impaciente y acusador, que mira
las faltas de los demás como a través de un lente de aumento, pero
completamente incapaz de discernir sus propios defectos.—
Christian
Temperance and Bible Hygiene, 35, 36
.
La lengua se suelta
—Cuando estos tomadores de té y de café se
reúnen para una fiesta social, los efectos de su pernicioso hábito se
hacen manifiestos. Todos se sirven abundantemente de sus bebidas
favoritas, y al sentir la influencia estimulante, sus lenguas se sueltan,
y comienzan la impía tarea de hablar en contra de los demás. Sus
palabras no son pocas o bien escogidas. Los bocados del chismerio
pasan en la rueda, y demasiado a menudo también el veneno del
escándalo. Esos chismosos irreflexivos se olvidan que hay un testigo.
Un Vigilante invisible está escribiendo sus palabras en los libros del
cielo. Jesús registra todas esas críticas despiadadas, esos informes
exagerados, esos sentimientos de envidia, expresados bajo la excita-
ción de la taza de té, como si fuesen dirigidos en contra de él. “En
cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí
lo hicisteis”.—
Christian Temperance and Bible Hygiene, 36
.
Un verdadero derroche
—El dinero gastado en té y café es peor
que derrochado. Sólo hacen daño al que los usa, y lo hacen en forma
continua.—
Christian Temperance and Bible Hygiene, 35
.
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Bebidas destructivas
—Todos deben presentar un claro testi-
monio contra el té y el café, al no usarlo jamás. Son sustancias
narcóticas, perjudiciales tanto para el cerebro como para los otros
órganos del cuerpo.—
Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 517
.
Destruye el templo de Dios
—El borracho vende su razón por
una copa de veneno. Satanás asume el dominio de su razón, de sus