Página 97 - La Temperancia (1976)

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Importancia de los hábitos de estricta temperancia
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camello—era un reproche para el lujo y la ostentación de la gente
de su generación, especialmente de los sacerdotes judíos. También
su régimen, de langostas y miel silvestre, era un reproche para la
glotonería que prevalecía por doquiera.
La obra de Juan fue predicha por el profeta Malaquías: “He aquí,
yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande
y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos,
y el corazón de los hijos hacia los padres”.
Malaquías 4:5, 6
. Juan
el Bautista salió con el espíritu y el poder de Elías para preparar el
camino del Señor, y para hacer volver la gente a la sabiduría de los
justos. Era un representante de los que viven en los últimos días,
a quienes Dios ha confiado sagradas verdades para presentar ante
la gente y preparar el camino para la segunda venida de Cristo. Y
los mismos principios de temperancia que Juan practicó debieran
ser observados por aquellos que en nuestros días han de advertir al
mundo de la llegada del Hijo del Hombre.
Dios hizo al hombre a su propia imagen, y espera que el hombre
conserve íntegras las facultades que se le han impartido para el servi-
cio del Creador. ¿No debiéramos prestar atención a sus advertencias,
y tratar de conservar cada facultad en las mejores condiciones para
servir a Dios? Lo mejor que podamos dar a Dios es débil, por cierto.
¿Por qué hay tanta miseria hoy en el mundo? ¿Será porque a Dios
le agrada ver sufrir a sus criaturas? ¡Oh, no! Es porque los hombres
han sido debilitados por prácticas inmortales. Nos quejamos de la
transgresión de Adán y parece que pensamos que nuestros primeros
padres dieron muestra de gran debilidad al ceder a la tentación. Pero
si la transgresión de Adán fuera el único mal que tuviéramos que
enfrentar, la condición del mundo sería mucho mejor de lo que es. Ha
habido una sucesión de caídas desde los días de Adán.—
Christian
Temperance and Bible Hygiene, 37-39
.
Una advertencia sobre el efecto del vino
—La historia de Na-
dab y Abiú también está registrada como una advertencia para el
hombre, que muestra que el efecto del vino sobre el intelecto es con-
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fundir. Y siempre tendrá esta influencia sobre las mentes de aquellos
que lo usan. Por lo tanto Dios prohíbe explícitamente el uso de vino
y de bebidas fuertes.—
The Signs of the Times, 8 de julio de 1880
.
Nunca hubieran cometido Nadab y Abiú su fatal pecado, si antes
no se hubiesen intoxicado parcialmente bebiendo mucho vino. Sa-