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El hogar de la dicha eterna
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No habrá más lágrimas, ni cortejos fúnebres, ni luto. “Y ya no ha-
brá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor... porque las primeras
cosas ya pasaron”. “No dirá el morador: ‘Estoy enfermo’. Al pueblo
que more en ella, le será perdonada la iniquidad”.
Apocalipsis 21:4
;
Isaías 33:24
.
La nueva Jerusalén
Allí está la nueva Jerusalén, la capital de la tierra renovada,
“corona de gloria en la mano de Jehová y diadema de realeza en
la mano del Dios tuyo”. Su luz es “semejante al de una piedra
preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal”. “Las
naciones que hayan sido salvas andarán a la luz de ella y los reyes de
la tierra traerán su gloria y su honor a ella”.
Isaías 62:3
;
Apocalipsis
21:11, 24
.
El Señor dice: “Yo me alegraré con Jerusalén y me gozaré con
mi pueblo”. “El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres.
El morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con
ellos como su Dios”.
Isaías 65:19
;
Apocalipsis 21:3
.
En la tierra nueva sólo habitará la justicia. “No entrará en ella
ninguna cosa impura o que haga abominación y mentira”.
Apocalip-
[172]
sis 21:27
.
La santa ley de Dios será honrada por todos debajo del sol. Los
que han demostrado ser fieles a Dios observando sus mandamientos,
vivirán con él.
“En sus bocas no fue hallada mentira”. “Estos son los que han
salido de la gran tribulación; han lavado sus ropas y las han blan-
queado en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de
Dios y le sirven día y noche en su templo”.
Apocalipsis 14:5
;
7:14,
15
.
“Los mandamientos de Jehová son rectos... en guardarlos hay
gran recompensa”.
Salmos 19:8, 11
.
“Bienaventurados los que lavan sus ropas para tener derecho al
árbol de la vida y para entrar por las puertas en la ciudad”.
Apoca-
lipsis 22:14
.