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La Única Esperanza
nuevos y tierra nueva”.
2 Pedro 3:7, 13
. Los cielos y la tierra serán
renovados.
“Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón de
[170]
hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman”.
1
Corintios 2:9
.
Ningún lenguaje humano puede describir plenamente la recom-
pensa de los justos. Será conocida tan sólo por aquellos que lo
experimenten. No podemos comprender la gloria del paraíso de
Dios.
Sin embargo, podemos vislumbrarla y entreverla en parte, porque
“Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu”.
1 Corintios 2:10
.
Las descripciones que la Biblia presenta de aquella tierra nueva son
sumamente preciosas para nuestros corazones.
Allí el divino Pastor conduce a su rebaño a las fuentes de agua
viva. En medio del paraíso está el árbol de la vida, que produce cada
mes su fruto y sus hojas son para el servicio de las naciones.
Hay allí corrientes de agua que fluyen constantemente, claras
como el cristal, y a su vera, árboles frondosos proyectan su sombra
sobre los senderos preparados para los redimidos por el Señor. Allí
las amplias llanuras se extienden entre colinas muy bellas, y entre
montañas que elevan sus encumbrados picos. En aquellas pacíficas
planicies, junto a corrientes de agua viva, el pueblo de Dios, que por
tanto tiempo fue peregrino y errante, encontrará su hogar.
“Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras
y en lugares de reposo”. “Nunca más se hablará de violencia en tu
tierra, ni de destrucción o quebrantamiento en tu territorio, sino que
llamarás ‘Salvación’ a tus muros, y a tus puertas ‘Alabanza’”.
Isaías
32:18
;
60:18
.
“Edificarán casas y morarán en ellas; plantarán viñas y comerán
el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite ni plantarán para
que otro coma... mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos”.
[171]
Isaías 65:21, 22
.
“Se alegrarán el desierto y el erial; la estepa gozará y florecerá
como la rosa”. “En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la
ortiga crecerá arrayán”.
Isaías 35:1
;
55:13
.
“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se
acostará... y un niño los pastoreará”. “No harán mal ni dañarán en
todo mi santo monte”, dijo el Señor.
Isaías 11:6, 9
.