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Capítulo 4—Huida a Egipto
Herodes no fue honesto al decir que quería ir a adorar al niño.
Temía que Jesús llegara a ser rey y le quitara su reino. Lo que en
realidad deseaba era encontrar al niño para hacerlo matar.
Los sabios se prepararon para regresar y contarle todo a Herodes.
Pero el ángel del Señor se les apareció en un sueño y los envió de
regreso a su tierra por otro camino.
“Después que partieron ellos, un ángel del Señor apareció en
sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma al niño y a su madre, y huye
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a Egipto. Permanece allá hasta que yo te diga, porque acontecerá
que Herodes buscará al niño para matarlo”.
Mateo 2:13
.
José no esperó hasta la mañana; se levantó y con María y el niño
emprendió esa misma noche un largo viaje.
[25]
Con los regalos muy costosos que los sabios ofrecieron a Jesús,
Dios proveyó para los gastos del viaje y para su permanencia en
Egipto, hasta que regresaran a su propia tierra.
Herodes se enojó mucho cuando llegó a saber que los sabios
habían vuelto a su país por otro camino. Sabía lo que Dios había
dicho por medio de su profeta acerca de la venida de Cristo.
Sabía también que la estrella había sido enviada para guiar a los
sabios. A pesar de ello estaba resuelto a destruir a Jesús. En su ira
envió soldados para matar “a todos los niños menores de dos años
que había en Belén y en todos sus alrededores”.
Mateo 2:16
.
¡Qué extraño es que un hombre luche contra Dios! ¡Qué terrible
escena debe haber sido la de la muerte de los niños inocentes!
Herodes había hecho antes muchas cosas crueles; pero su vida
malvada no duraría mucho tiempo. Pronto murió de una muerte
terrible.
José y María permanecieron en Egipto hasta después de la muerte
de Herodes. Entonces el ángel se le apareció nuevamente a José y
dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel,
porque han muerto los que procuraban la muerte del niño”.
Mateo
2:20
.
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