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La infancia de Jesús
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Jesús no fue a estas escuelas porque enseñaban muchas cosas
que no eran ciertas. En lugar de la Palabra de Dios, se estudiaban
los dichos de los hombres y a menudo éstos eran contrarios a lo que
el Señor había enseñado por medio de sus profetas.
Dios mismo por medio del Espíritu Santo le dijo a María cómo
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educar a su Hijo. Ella le enseñó a Jesús las Sagradas Escrituras y él
aprendió a leerlas y a estudiarlas por sí mismo.
A Jesús también le gustaba estudiar las cosas maravillosas que
Dios había hecho en la tierra y en el cielo. En el libro de la naturaleza
contemplaba los árboles, las plantas y los animales, el sol y las
estrellas.
Día tras día observaba y trataba de aprender las lecciones que
encerraban, y de entender la razón de las cosas.
Ángeles celestiales estaban con él y lo ayudaban a aprender
acerca de Dios. Así, a medida que crecía en estatura y en fuerza,
crecía también en conocimiento y sabiduría.
Todo niño puede obtener conocimiento como Jesús lo hizo. De-
bemos emplear nuestro tiempo en aprender sólo lo que es verdadero.
Las mentiras y las fábulas no nos harán ningún bien.
En la Palabra de Dios y en sus obras encontramos la verdad, que
es lo único que tiene valor. Cada vez que estudiemos estas cosas los
ángeles nos ayudarán a entenderlas.
Veremos la sabiduría y la bondad de nuestro Padre celestial,
nuestras mentes se fortalecerán, nuestros corazones serán purificados
y seremos más semejantes a Cristo.
Jesús en el templo
Todos los años José y María iban a Jerusalén, a la fiesta de la
Pascua. Cuando Jesús tenía doce años lo llevaron consigo.
Era un viaje agradable. La gente iba a pie, o a lomo de bueyes o
asnos, y demoraban varios días en llegar. La distancia de Jerusalén a
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Nazaret es de unos cien kilómetros. Concurrían personas de todas
partes del país y aun de otros países. Los que eran del mismo lugar,
generalmente viajaban juntos en un grupo grande.
La fiesta se realizaba a fines de marzo o a comienzos de abril.
Esta era la época de la primavera en Palestina, cuando el colorido
de las flores y el alegre canto de los pájaros embellecían el país.