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El bautismo de Jesús
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La gloria que en esa ocasión se manifestó sobre Cristo, fue una
garantía del amor de Dios hacia nosotros. El Salvador vino como
nuestro ejemplo; y así como Dios escuchó su oración, escuchará
también la nuestra.
El más necesitado, el más pecador, el más despreciado de los
hombres puede tener acceso al Padre. Cuando nos dirigimos a Dios
en el nombre de Jesús, la misma voz que le habló a él nos hablará
también a nosotros diciendo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia”.
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