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Capítulo 11—El día de reposo de Jesús
El Salvador guardó el sábado y también enseñó a sus discípulos
a guardarlo. El sabía cómo debía observarse, porque él mismo lo
había santificado.
La Biblia dice: “Acuérdate del sábado para santificarlo”. “El
séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios”. “Porque en seis días
hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en
ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
sábado y lo santificó”.
Éxodo 20:8, 10, 11
;
31:16, 17
. Cristo había
trabajado con su Padre para crear la tierra. La Biblia dice que “todas
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las cosas por él fueron hechas”.
Juan 1:3
.
Cuando miramos el sol y las estrellas, los árboles y las hermosas
flores, debemos recordar que Cristo creó todas estas cosas y además
hizo el sábado para ayudarnos a recordar su amor y poder.
Los maestros judíos habían establecido muchas reglas acerca de
la forma de observar el sábado, y querían que todos las obedecieran
rigurosamente. Además, vigilaban continuamente a Jesús para ver si
él lo respetaba como a ellos les parecía.
Un sábado, cuando Cristo y sus discípulos regresaban de la
sinagoga, pasaron por un campo de trigo. Era tarde y los discípulos
tenían hambre, de manera que arrancaron algunas de las espigas, las
frotaron con sus manos y se pusieron a comer los granos.
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Cualquier persona que pasara por un campo sembrado o por una
huerta tenía permiso para juntar lo que necesitara para comer, pero
no se permitía hacer esto en sábado. Los enemigos de Cristo al ver
lo que hacían los discípulos le dijeron al Salvador:
“Tus discípulos hacen lo que no está permitido hacer en sábado”.
Mateo 12:2
.
Pero Jesús los defendió. Recordó a sus acusadores el caso de
David, quien, cuando se hallaba en necesidad, había comido de los
panes sagrados del tabernáculo, y había dado de ellos también a sus
hambrientos asistentes.
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